Puede manifestarse en una amplia gama de síntomas visuales, motores y sensoriales. Es posible que los síntomas no siempre sean incapacitantes, y en algunos casos, pueden pasar años antes de que se realice un diagnóstico definitivo.
Por: Katherine Ardila
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune crónica que afecta el sistema nervioso central, que comprende el cerebro y la médula espinal. En la EM, el sistema inmunológico del cuerpo ataca la mielina, la sustancia que recubre y protege las fibras nerviosas. Este daño a la mielina interrumpe la capacidad de los nervios para transmitir señales eléctricas de manera eficiente, lo que lleva a una variedad de síntomas neurológicos.
La Dra. Rhaisa Castrodad, una destacada neuróloga especialista en esclerosis múltiple, comparte una visión detallada sobre esta compleja enfermedad. La esclerosis múltiple (EM) se caracteriza por su variada presentación de síntomas, lo que le ha valido el apodo de "la enfermedad de las mil caras". La experta enfatiza que "dependiendo de qué parte de ese sistema nervioso central afecte la condición, van a ser los síntomas que va a manifestar el paciente".
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Síntomas diversos y variedad en la presentación de la condición
La esclerosis múltiple puede manifestar una amplia gama de síntomas visuales, motores y sensoriales. Entre los síntomas visuales más comunes se encuentra la neuritis óptica, que provoca una pérdida subaguda de visión en uno o ambos ojos, acompañada de dolor al moverlos. Otros síntomas visuales incluyen visión doble y desviación de los ojos.
A nivel motor, los pacientes pueden experimentar dificultades para hablar o tragar, así como movimientos incoordinados o debilidad en el rostro o en el cuerpo. La Dra. Castrodad explica que "el habla se manifiesta como pesada" y los pacientes pueden hablar sin sentido, lo que puede llegar a ser uno de los indicios más claros de alerta temprana. Los síntomas sensoriales abarcan desde la pérdida de sensación en el rostro o el cuerpo hasta episodios de vértigo y desbalance. "Puede haber una manifestación bien amplia y depende de lo agresivo de la condición se va a tener diferentes cursos, pueden recuperarse por completo por un tiempo, pueden haber recaídas, pueden quedar con un déficit" añade la Dra. Castrodad.
¿Cuáles son los tipos de esclerosis múltiple y su prognosis?Existen diferentes tipos de esclerosis múltiple, y la prognosis y el curso de la enfermedad varían según el tipo. Algunos pacientes pueden recuperarse completamente, mientras que otros pueden experimentar recaídas o quedar con déficits permanentes.
Recurrente-remitente: Caracterizada por brotes claros de síntomas seguidos de periodos de remisión.
Primaria progresiva: Los síntomas empeoran de manera constante desde el inicio sin periodos de remisión clara.
Secundaria progresiva: Inicialmente puede comenzar como recurrente-remitente, pero luego los síntomas comienzan a progresar de manera constante.
Progresiva-recurrente: Una forma rara en la que los síntomas empeoran de manera constante desde el inicio, con episodios agudos de empeoramiento.
Es posible que los síntomas no siempre sean incapacitantes, y en algunos casos, pueden pasar años antes de que se realice un diagnóstico definitivo. "A veces ocurre que pasan años; sin embargo, el paciente tiene síntomas de pérdida de sensación de un brazo o una pierna 'me duró 24 o 48 horas y recuperé y dejé pasar por alto' luego en unos años otros síntomas 'me tienen que hospitalizar ' y ahí se descubre la condición," comenta la Dra. Castrodad haciendo un llamado de atención sobre síntomas anormales que no se deben pasar por alto.
Diagnóstico y población más vulnerable a la condición
El diagnóstico de la esclerosis múltiple es particularmente común en mujeres jóvenes, en hombres, aunque es menos común, tiende a ser más agresiva. La Dra. Castrodad explica que "Es un deber como médicos conocer cuál es esa población de riesgo y hacer las pruebas pertinentes en cualquier indicio de la condición.". La esclerosis múltiple afecta principalmente a personas entre los 20 y 50 años de edad y está asociada a factores genéticos, étnicos y ambientales.
Asimismo, otros factores de riesgo más comunes incluyen la deficiencia de vitamina D, el tabaquismo y la obesidad. Estos factores ambientales, junto con una predisposición genética, pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta enfermedad.
La esclerosis múltiple sigue siendo una enfermedad desafiante tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud. Sin embargo, con un mayor conocimiento y atención a los factores de riesgo, así como una vigilancia continua de los síntomas, es posible mejorar el diagnóstico temprano y el tratamiento efectivo de esta enfermedad de mil caras.