Primer mapa completo de la ´metamorfosis´ cerebral del embarazo

El cerebro de una mujer embarazada experimenta una reducción en el volumen y grosor cortical en áreas específicas, especialmente en la red de modos por defecto, mientras que aumenta la microestructura de la sustancia blanca.

Por: Katherine Ardila


Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista Nature Neuroscience, ofrece una visión sobre los cambios que sufre el cerebro de las mujeres durante el embarazo. Este fenómeno, conocido como matrescencia, ha sido objeto de varias investigaciones a nivel global. 

Un grupo de expertos, liderado por Laura Pritschet, de la Universidad de California, ha aportado nuevos conocimientos sobre cómo ciertas áreas del cerebro reducen su tamaño mientras que otras mejoran su conectividad durante la gestación.

A lo largo del embarazo, el cerebro materno pasa por una transformación radical que se había documentado previamente solo en momentos específicos antes y después de la gestación. Sin embargo, este nuevo estudio fue pionero al observar el cerebro de una mujer embarazada en pleno proceso de cambio. 

Pritschet señala que este enfoque permitió capturar, en detalle, cómo se modifica el cerebro desde tres semanas antes de la concepción hasta dos años después del parto.

Cambios cerebrales durante el embarazo

El estudio, que se centró en una madre primeriza de 38 años, utilizó un total de 26 resonancias magnéticas y análisis de sangre para analizar las transformaciones neuroanatómicas y hormonales durante todo el proceso. 

Además, los resultados fueron comparados con un grupo de control de ocho personas no embarazadas para proporcionar un marco comparativo sólido. Los hallazgos revelaron una disminución generalizada en el volumen y el grosor cortical en la novena semana de embarazo, particularmente en regiones como la red de modos por defecto, que está relacionada con la cognición social.

Disminución del volumen de materia gris en las madres

Un aspecto clave de la investigación fue el hallazgo de que estos cambios no son necesariamente perjudiciales. Según Pritschet, la disminución del volumen de materia gris puede ser parte de un proceso de "ajuste" en los circuitos cerebrales, similar a lo que ocurre durante la pubertad, donde el cerebro se especializa para adaptarse a nuevas demandas. 

Esta reorganización de la estructura cerebral puede preparar a las madres para los desafíos de la maternidad, optimizando las conexiones entre las áreas del cerebro relacionadas con las emociones, el cuidado y la interacción social.

Cambios en la materia blanca y otros hallazgos

Además de la reducción de la materia gris, el estudio observó aumentos en la microestructura de la sustancia blanca, que es crucial para la comunicación entre las diferentes regiones cerebrales. Este aumento alcanzó su punto máximo en el segundo trimestre del embarazo y luego disminuyó hacia el final de la gestación. 

Según las autoras, estos cambios están fuertemente influenciados por los niveles de estradiol y progesterona, dos hormonas que juegan un papel crucial durante el embarazo.

Otro hallazgo significativo fue el incremento del volumen ventricular y el líquido cefalorraquídeo, que también parecen estar relacionados con los niveles hormonales y persisten incluso después del parto. Algunos de estos cambios regresaron a niveles similares a los previos a la concepción, mientras que otros, como la reducción del volumen cortical, permanecieron dos años después del parto.

Este tipo de modificaciones nunca se había observado antes en estudios neurocientíficos de escáner cerebral. La capacidad de captar estos cambios en tiempo real ofrece una mejor comprensión de lo dinámico que puede ser el cerebro en un periodo relativamente corto de tiempo, incluso en la adultez.

Implicaciones para la salud mental de las madres

Uno de los objetivos clave del equipo de Pritschet es investigar si la magnitud o ritmo de estos cambios cerebrales pueden ofrecer pistas sobre el riesgo de desarrollar trastornos como la depresión posparto. La neuroplasticidad observada durante la gestación sugiere que el cerebro materno es capaz de adaptarse y reorganizarse en respuesta a las exigencias de la maternidad. 

Estos hallazgos también podrían ayudar a los científicos a identificar posibles intervenciones para mejorar la salud mental de las madres, incluyendo el tratamiento y prevención de la depresión posparto, así como otros trastornos psicológicos asociados con el embarazo y el posparto.

Fuente consultada aquí



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