Su motor es un sentido de servicio y responsabilidad social heredado de sus padres; por eso trabaja en pro de los más vulnerables, empeñado en garantizar que todos los niños reciban el cuidado que merecen y en construir un futuro más saludable para ellos.
Por: Katherine Ardila
La vocación con la que el Dr. Juan Delgado se entrega a los niños y adolescentes de Puerto Rico lo ha llevado a convertirse hoy día en una figura esencial de la pediatría en la Isla y en su momento, presidente de la Asociación de Médicos Pediatras del Área Este (AMRE), una organización que surgió luego de que él y otros colegas observaran la necesidad de una educación pediátrica que respondiera a las realidades de la población infantil puertorriqueña.
Para el doctor, su camino se definió desde una niñez marcada por la adversidad. "Pues yo, en mi niñez, estuve cerca de la muerte varias veces, varias veces", evoca, "y siempre le dije a papito Dios que si yo sobrevivía, iba a dedicar mi vida a cuidar especialmente a los niños. Y Dios me dio la oportunidad".
El doctor supo desde entonces que ese era el camino a seguir. Su interés se centró con particular fuerza en una población: "Especialmente niños y adolescentes, mi interés estaba en ser pediatra".
Una vez que, como uno de los fundadores, dio vida a AMPRE, comenzaron a ver cómo la iniciativa respondía a una necesidad urgente. La visión era clara: "que levante a los problemas físicos que vemos en una oficina de pediatría, que levante a las necesidades que tendría el pueblo de Puerto Rico".
Pero, una pregunta central guió sus esfuerzos: ¿cómo asegurar el bienestar de los niños? A lo cual el dedicado médico tuvo que detenerse y pensar en la base de todo. "Tenemos que desde pequeños estar guardando esas cosas saludables, comida adecuada, una vacunación adecuada, un seguimiento adecuado por un médico. Desde que son niños, infantes hasta los adolescentes", afirma, recordando que el acceso a estos cuidados básicos no era una realidad para todos.
El interés por atender a las comunidades más necesitadas y aisladasLo único que tenían claro era que había una barrera en especial que afectaba el acceso: "Pues a veces era la educación de los padres". Así que, luego de identificar esta necesidad, comenzaron a ver cómo la expansión de la pediatría y las iniciativas comunitarias podían cambiar la realidad de estos pacientes.
Allí supo la respuesta a la pregunta que guiaba su misión: su motivación es "conseguir que más pediatras surjan" y "ayudar a los más necesitados".
A partir de allí, decidieron continuar movilizándose, evaluando sobre todo las comunidades en el centro de la Isla que no contaban con los mismos privilegios médicos. "Y nosotros nos movemos allá, hacemos clínicas. Gracias a Dios que el alcalde nos ayude, nos presta un agua para movernos. Llevamos enfermeras, llevamos tecnólogos médicos, llevamos trabajadores sociales... y de manera gratuita".
¿Qué mueve al Dr. Juan Delgado?Hoy día el doctor manifiesta que su compromiso nace de sus raíces y de los valores que sus padres le inculcaron. "Mi mamá era cocinera en un comedor escolar. Mi papá era el que daba las películas en el pueblo... y me enseñaron que uno tiene que, si Dios le da la oportunidad a uno, que retribuir eso para ayudar a los más necesitados".
Y cada día él ve gente con muchas necesidades, "y yo tengo acceso a eso y se lo brindo a mis pacientes. No importa si hay remuneración o no". Eso "sí me mueve".
También han creado una base sólida de educación médica continua a través de AMPRE, viendo la necesidad de poder formar más pediatras. "Y llevamos veintiún años de educación médica creciendo, dando pasión a todos. Práctica y buena para la oficina de los pediatras en Puerto Rico", lo cual hace que, en un futuro, haya más posibilidades de que surjan especialidades pediátricas para un mejor cuidado de los niños.
Ayudar a construir un futuro más sano
"Si se logra eso, hay esperanza para que ellos se vayan capacitando y tratando de ayudar a la gente más necesitada, menos educada y que tiene menos acceso a los servicios médicos", afirma el experto.
Lo que más desea, no es solo hacer cosas por lo que observa, sino cumplir la promesa que forjó en su niñez. "Mientras yo tenga fuerza, voy a seguir luchando para poder darle a esos niños ese cuidado que se merecen", reafirma el especialista. Su misión mueve también la educación, el acceso y, sobre todo, la convicción de que "si cada día yo veo gente con muchas necesidades" tengo el deber de actuar.