“La causa número uno de mortalidad en las mujeres, a pesar de que pensamos que se trata del cáncer, es la condición del corazón”.
Por: Estefanía Santos
“La causa número uno de mortalidad en las mujeres, a pesar de que pensamos que se trata del cáncer, es la condición del corazón”. Así lo señala la doctora cardióloga pediátrica Ana Finch del Instituto Cardiovascular del Hospital San Lucas, en Ponce.
La galena inicia su discurso recordando el día mundial de las condiciones genéticas cardíacas el próximo 14 de febrero y recordando la necesaria prevención en las mujeres. Además, resalta que -a diferencia de la creencia popular- las enfermedades del corazón afectan más a mujeres que a hombres:
“Especialmente, después de los sesenta años, la causa número uno es corazón, más en las mujeres que en los hombres, a diferencia de lo que creemos”, afirmó.
El problema es que algunos de los síntomas de la enfermedad cardíaca en las mujeres son diferentes a los síntomas que presentan los hombres. Estos síntomas pueden ser más sutiles en comparación con el dolor en el pecho evidente y opresivo que a menudo se asocia con los ataques cardíacos.
Control del peso corporal
Por otra parte, motivó a mujeres a tener un control de su peso, decir no a la obesidad, realizar ejercicios y manejar el estrés. Además, resaltó que enfermedades como la diabetes y otras que se van sumando provocan “riesgos altos de que tengamos condiciones cardiovasculares”. Entre sus restantes recomendaciones, enfatiza en que “podemos cambiar la dieta”; y hace referencia a una alimentación saludable, baja en grasa y sal”.
Además, insistió en los efectos perjudiciales del tabaquismo y planteó lo siguiente:“Si dejas de fumar, disminuyes el riesgo cardiovascular de dos a tres años. Si haces dieta y bajas el colesterol también puedes reducir el riesgo de diez a quince años”.
Enfatizó luego en los tipos de ejercicios que han de realizarse, donde señaló la importancia del ejercicio cardiovascular, específicamente caminar.
“Se ha comprobado que caminar treinta minutos durante dos o tres veces a la semana bajamos los riesgos de condiciones cardiovasculares”, mencionó la entrevistada y agregó: “Como familia, vamos treinta minutos, dos veces a la semana a caminar. En ese momento que caminamos, aumentamos el diálogo, tenemos mejor relación con nuestros familiares”.
Lo cierto es que, sea quien sea el paciente, necesita apoyo. Por eso resalta la doctora el papel de la familia como ente necesario. “Mientras más personas nos estén apoyando más fácil se hace ese camino”.
Finalmente, realizó un llamado oportuno a la mujer planteando lo siguiente:
“Nosotras como mujeres cuidamos a nuestros familiares, a todo el mundo; pero nos olvidamos que nosotras también debemos ser cuidadas”.
Lo anterior para decir que debemos lograr una responsabilidad social de los cuidados de cada uno de los integrantes de la familia, fortalecer los hábitos saludables y así mejorar la calidad de vida de la población puertorriqueña.