“Hay que estar muy pendiente, limita mucho, duele, genera fiebre y hay que seguir una serie de cuidados”.
Por: Pedro Felipe Cuellar
Publicado en EFE
Elena Sánchez tiene 54 años y padece diverticulitis. Su primera crisis fue hace algo más de dos años. Empezó un día con fiebre y malestar. Estuvo tres días con los mismos síntomas, que no achacaba a nada en particular, y que se acompañaban con “un dolor de estómago, en el lado izquierdo”
El médico de la empresa en la que trabaja la envió al hospital ante la sospecha de que pudiera tratarse de un cólico renal o de divertículos.
Allí le hicieron un analítica y le diagnosticaron diverticulitis.
Elena se quedó muy sorprendida porque le preguntaron si comía bien, si ingería muchas grasas, si era estreñida.
Asegura que nada más alejado de su perfil: “Siempre me he cuidado mucho y he practicado mucho deporte”.
Estuvo cuatro días ingresada con antibiótico intravenoso y al cabo de unos meses volvió para hacerse una colonoscopia y le extirparon un pólipo que tenía.
Le aconsejaron que llevara una política preventiva y que estuviera muy pendiente, “porque una vez que se tiene puede volver a aparecer”.
Segundas crisis
En la Navidades pasadas tuvo su segunda crisis, y así narra los síntomas de su diverticulitis en esta segunda ocasión:
“Empecé con un dolor como de flato tremendo, como de una apendicitis pero en el lado izquierdo”.
Tratamiento
El tratamiento debe ir encaminado a aliviar los síntomas y prevenir la aparición de complicaciones.
Por lo general, una dieta rica en fibra vegetal con suplementos de salvado y otros laxantes que aporten fibra alivia el dolor abdominal, controla el ritmo defecatorio, y reduce la distensión abdominal.
Los fármacos antiespasmódicos que actúan de forma selectiva sobre la musculatura del colon mejoran los dolores al inhibir las contracciones del sigma.
Si con estos fármacos no es suficiente, se pueden utilizar analgésicos (tipo pentazocina), que, además de calmar el dolor, reducen la presión dentro del colon.
Mesa de operaciones
Son “pocos” los casos que acaban en la mesa de operaciones.
Según el doctor no llegan al 10/15 por ciento. Antes se operaba más porque no se conocía la profilaxis de combinar antibióticos y probióticos.
Otra cosa es una persona que con el tiempo va a tener más crisis y no está dispuesta y entonces se quiere operar, concluye el doctor Angós.