"Tenemos tecnologías que no requieren salir de Puerto Rico para tratar condiciones dermatológicas"

La dermatología no tiene edad, las enfermedades de la piel pueden presentarse desde antes del nacimiento hasta la vejez.

Por: Mariana Mestizo Hernández


Recientemente se llevó a cabo en Caguas el curso Dermatología 101, una formación básica dirigida a médicos no dermatólogos. La actividad fue organizada por la Fundación Piel y buscó ofrecer herramientas prácticas y fundamentales para el manejo de condiciones cutáneas comunes.

Aunque el enfoque principal estuvo en profesionales de otras especialidades, también participaron dermatólogos interesados en actualizar conocimientos esenciales. "Tratamos de que incluya desde lo más básico, pero también lo más práctico, que a veces se nos olvida aún con el tiempo a nosotros", destacó el Dr. Luis Ortiz Espinosa, dermatólogo y presidente de la Fundación Piel.

Importancia de capacitar a médicos no dermatólogos

Asimismo, el especialista subrayó la importancia de capacitar a médicos de otras áreas ante la alta demanda de consultas dermatológicas fuera de la especialidad. Debido a que muchas de las atenciones en pediatría, medicina interna y ginecología están relacionadas con problemas en la piel, lo cual hace necesario que los profesionales cuenten con herramientas básicas para el abordaje inicial. 

"En pediatría, se estima que más del 30 % de los pacientes presentan afecciones dermatológicas. Por eso es clave que nuestros colegas puedan comenzar un tratamiento o identificar cuándo es necesario remitir al dermatólogo", afirmó.

Enfermedades dermatológicas comunes en puerto rico

Por otra parte, el especialista explicó que en Puerto Rico las enfermedades dermatológicas más comunes son variadas y, en muchos casos, están asociadas a otras condiciones sistémicas. Entre ellas se encuentran la dermatitis atópica (frecuentemente vinculada con el asma y la sinusitis), la psoriasis, las lesiones por exposición solar y las alteraciones pigmentarias. 

Señaló que no hay una única patología predominante, sino un conjunto de afecciones recurrentes que requieren atención oportuna para descartar diagnósticos más graves.

"En una oficina dermatológica vamos a ver mucho al paciente que llega con manchas, envejecimiento de la piel, dermatitis, picor o caspa. No hay una que sea la más frecuente, pero sí hay algunas que es crucial diagnosticar a tiempo y descartar que no sean otra cosa", afirmó.

Relación entre salud cutánea y enfermedades internas

No obstante, también enfatizó la relación entre la salud cutánea y otras enfermedades internas, subrayando que ciertas condiciones de la piel pueden reflejar alteraciones en órganos internos, y viceversa. Entre los cuadros más complejos mencionó el melanoma, los linfomas cutáneos y las enfermedades ampollosas, como el pénfigo.

"Lo más peligroso que pudiéramos tener es que el paciente tenga una lesión pigmentada que sea un melanoma y se deje crecer, porque el melanoma se riega a órganos internos y puede ser potencialmente fatal", advirtió.

Asimismo, mencionó reacciones cutáneas graves como la necrosis epidérmica tóxica (TEN), una condición poco frecuente pero de alta mortalidad, que puede desencadenarse por medicamentos o infecciones, y que requiere manejo hospitalario especializado en unidades de quemados.

Amplio espectro de patologías dermatológicas

A su vez, el experto señaló que, aunque no existen estadísticas definitivas, la observación clínica sugiere que una proporción significativa de pacientes presenta algún tipo de afección dermatológica. Explicó que la piel no solo abarca la superficie corporal, sino también estructuras como el cabello, las uñas y las mucosas orales y genitales, lo que amplía considerablemente el espectro de patologías a considerar.

"Probablemente un 20 % de los pacientes o más tienen alguna afección en la piel. La dermatología incluye no solo la piel como tal, sino también el pelo, las uñas y las mucosas. Casi cualquier persona va a tener algo en la piel en algún momento, no hay duda", afirmó.

Además, recordó que la especialidad de dermatología tiene un origen compartido con la venerología, ya que muchas enfermedades de transmisión sexual también afectan la piel y continúan siendo parte del campo de atención. Asimismo, destacó que mientras patologías como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares afectan sistemas específicos, la piel es un órgano extenso y complejo, donde cada estructura desde el cuero cabelludo hasta las uñas de los pies puede dar lugar a una condición distinta.

Enfermedades dermatológicas a lo largo de la vida

Respecto a la edad, el especialista señaló que las enfermedades de la piel pueden presentarse en cualquier etapa de la vida, desde antes del nacimiento hasta la vejez. Explicó que existen síndromes cutáneos que pueden ser detectados incluso durante la gestación, y que algunos pacientes nacen con lesiones como lunares pigmentados o hemangiomas que pueden comprometer su función o apariencia.

"No hay edad. Tenemos desde bebés que nacen con lunares desfigurantes hasta pacientes envejecientes cuya piel ha sido afectada toda la vida. La piel es como nuestra casa, vivimos dentro de ella y está expuesta a todo el ambiente, así que le afecta lo interno y lo externo", afirmó.

También mencionó que el melanoma puede desarrollarse en la infancia, ya que no solo responde a factores ambientales, sino también genéticos e inmunológicos, lo que refuerza la necesidad de vigilancia dermatológica a lo largo del ciclo vital.

Adicionalmente, el Dr. Ortiz advirtió sobre los efectos del cambio climático en la salud cutánea. La piel y los ojos son las estructuras más expuestas y, por lo tanto, las más vulnerables al aumento de la radiación ultravioleta, producto del deterioro progresivo de la capa de ozono. Recordó que la preocupación por esta problemática no es reciente, y que desde hace más de tres décadas se viene alertando sobre las consecuencias de la exposición solar sin protección.

"El cambio ambiental va a afectar principalmente la piel y los ojos, porque es lo que se expone. La radiación intensa, la pérdida de la protección contra los rayos ultravioleta... todo eso influye directamente, y muchas condiciones se empeoran con el ambiente", explicó.

Advirtió, además, que si no se toman medidas urgentes a nivel global, para 2050 podrían presentarse condiciones ambientales difíciles de tolerar para el ser humano. Entre los principales efectos dermatológicos vinculados al entorno mencionó el agravamiento del picor, la dermatitis, la psoriasis, el cáncer de piel y la resequedad, tanto en climas cálidos como en ambientes fríos extremos. Reiteró que, aunque ha aumentado la conciencia sobre la protección solar, los esfuerzos aún no son suficientes frente a una amenaza ambiental que sigue avanzando.

Avances médicos y tecnológicos en dermatología

Por otro lado, el experto destacó los avances significativos que se han logrado tanto en el ámbito médico como en el tecnológico. Afirmó que muchas de las técnicas tradicionales siguen vigentes, como el uso del cauterio para tratar verrugas y realizar procedimientos de coagulación, pero subrayó que las innovaciones han transformado la práctica dermatológica en múltiples niveles.

"Tenemos tecnologías que no requieren salir de Puerto Rico para tratar condiciones dermatológicas. Lo que queremos es que los médicos en general conozcan esas alternativas y puedan referir a tiempo", indicó.

Entre los avances más recientes mencionó el uso de láseres con fines médicos, no sólo cosméticos, para tratar lunares, angiomas y otras lesiones cutáneas. Así como el desarrollo de tratamientos con suero rico en plaquetas, utilizados para estimular la regeneración del cabello y de la piel, así como el uso de tecnologías robóticas para el trasplante capilar.

Uno de los procedimientos más innovadores disponibles en la isla es el tratamiento con microondas para la hiperhidrosis axilar, conocido como Miradry, poco común fuera del país. Además, hizo énfasis en la llegada de nuevas terapias con medicamentos biológicos, dirigidas al manejo de enfermedades dermatológicas complejas. El objetivo, reiteró, es que los profesionales de otras especialidades estén informados sobre las herramientas terapéuticas disponibles y puedan orientar mejor a sus pacientes.

Finalmente, el dermatólogo resaltó el papel creciente de la telemedicina y la inteligencia artificial como herramientas disponibles en la práctica clínica. Sin embargo, advirtió sobre la necesidad de conocer sus limitaciones y usarlas con precaución, pues su mal manejo puede ser contraproducente o incluso peligroso.

"Hay inteligencia artificial que nos ayuda a diagnosticar lesiones y en tecnologías como los láseres para tratar a los pacientes de manera más segura. La telemedicina permite evaluar lesiones a través de fotos y orientar el diagnóstico, pero nunca reemplaza la consulta presencial ni procedimientos como la biopsia, que son imprescindibles para un diagnóstico certero", explicó.

Además, enfatizó que estas innovaciones tecnológicas deben entenderse como complementos al trabajo humano. "Los robots y la inteligencia artificial fueron creados por el ser humano y necesitan ser dirigidos por profesionales. No funcionan por sí solos ni por magia, pero sí representan un gran apoyo para mantener la medicina actualizada y eficiente."





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