El peligro aumenta cuando el exceso de azúcar se transforma en grasa corporal, elevando el colesterol y formando placas que estrechan las arterias.
Por: Katherine Ardila
En Estados Unidos, estadísticas del año 2020, publicadas por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), dejan ver una realidad persistente en torno a los accidentes cerebrovasculares.
Según la agencia federal, aproximadamente una de cada seis muertes atribuidas a enfermedades cardiovasculares se debió a un derrame cerebral. Además, se estima que cada 40 segundos una persona en el país sufre un accidente cerebrovascular (ACV), y que cada 3.5 minutos alguien pierde la vida por esta causa.
Así pues, para abordar este panorama, la revista Medicina y Salud Pública se contactó con el Dr. Arsenio Reyes, neurólogo vascular y director del Centro Primario de Neurociencias del Hospital Menonita, quien aseguró que:
"Es una enfermedad de los vasos sanguíneos del cerebro y existen dos tipos de derrame: El derrame isquémico y el derrame hemorrágico".
Tipos de ACV: Mecanismos distintos, consecuencias similares
Profundizando en la clasificación médica, el Dr. Reyes describió: "Por un lado, el derrame isquémico, es donde el vaso sanguíneo se tapa, causando pobre perfusión, pobre oxigenación y pobre control de nutrientes hacia el tejido cerebral".
Por otro lado, el hemorrágico presenta características completamente diferentes: "en ese caso ese vaso sanguíneo se lacera, causando una acumulación de sangre en el cerebro". Estas diferencias resultan importantes no solo para el diagnóstico, sino también para determinar el tratamiento más adecuado en cada caso particular.
Factores de riesgo en la población boricua
Al analizar las causas subyacentes, el panorama que expone el Dr. Reyes es preocupante para Puerto Rico: La diabetes es uno de los principales factores de riesgo, ya que "pacientes que tienen diabetes o tienen el azúcar descontrolado (...) tienen tres veces mayor riesgo de padecer de un derrame isquémico".
Existe, además, una clara relación entre los hábitos alimentarios y el riesgo cardiovascular. El exceso de azúcar en la dieta no solo favorece la aparición de la diabetes, sino que también se convierte en grasa dentro del organismo, lo que puede elevar los niveles de colesterol y contribuir al desarrollo de placas en las arterias:
En palabras del experto: "el azúcar, cuando está en altos niveles, una de las maneras que nuestro cuerpo tiene para almacenarla es a través de grasa y si almacenamos grasa en nuestro cuerpo, eso significa que tenemos alto nivel de colesterol, es decir, tanto la grasa como el azúcar nos perjudican".
En el caso de Puerto Rico, desafortunadamente esta situación se dificulta por patrones dietéticos altos en carbohidratos refinados, frituras y alimentos ultraprocesados, así como por niveles insuficientes de actividad física. Esto, teniendo en cuenta factores como barreras sociales y económicas, elevan el riesgo de la población.
Síntomas de un posible ACV
Su sintomatología es variada: desde problemas de equilibrio ("pobre coordinación para caminar, desbalance, desequilibrio") hasta alteraciones del habla ("dificultad para hablar, para expresar algo que está pensando ese paciente, o que la habla esté enredada").
En otros casos, "si buscamos una señal de dolor, sería dolor de cabeza, pero no necesariamente se presenta siempre". De hecho, un aspecto importante que mencionó el neurólogo es que "no todo el tiempo los derrames se asocian con dolor", lo que puede resultar en subestimar la gravedad de los síntomas.
Manejo de un ACV y prevención
Las primeras 4.5 horas son críticas para administrar trombolíticos intravenosos, mientras que hasta 24 horas hay opción de trombectomía (intervención para destapar arterias). "Mientras más temprano se administre el medicamento, más probabilidad de revertir los síntomas", subraya el especialista. Pasado este lapso, solo queda manejar secuelas con antiplaquetarios y rehabilitación.
Finalmente y a modo de conclusión, el neurólogo vascular asegura que "el 90% de los derrames son prevenibles siempre y cuando se controlen los factores de riesgo".
Por esto, recomienda control médico regular ("monitorear los niveles de azúcar, los niveles de colesterol") hasta cambios en el estilo de vida, en donde reconoce el "ejercicio aeróbico, como ayuda para bajar los niveles de colesterol". Asimismo, recomienda mejorar los hábitos alimenticios, un factor modificable que podría reducir la incidencia de ACV en Puerto Rico.