Cuatro años antes, la mujer había sido diagnosticada con esquizofrenia, y fue tratada con antipsicóticos por 6 semanas, pero no obtuvo mejoría.
Por: María Camila Sánchez
Una mujer de 33 años ingresó en Urgencias remitida por otra institución médica, a petición de sus familiares. Presentaba una historia de cuatro meses de dolor abdominal y dos semanas de vómitos no biliosos, acompañados de pérdida de peso progresiva y alteraciones ocasionales de los hábitos intestinales, pero sin fiebre, sudoración nocturna ni tos.
Había sido investigada por Helicobacter pylori, Malaria, Tifus y VIH, con resultados negativos y sin mejoría tras el tratamiento.
Un día antes de su ingreso, una endoscopia gastrointestinal superior y una radiografía abdominal revelaron múltiples cuerpos extraños metálicos en el estómago, causando obstrucción gástrica. Se recuperaron tres clavos y una pinza de torre de su sujetador. Su tío, electricista, informó que la mayoría de los objetos los había cogido del almacén de su casa.
Diagnóstico psiquiátricoLa paciente tenía un diagnóstico previo de esquizofrenia desde hace cuatro años, tratada con antipsicóticos durante seis semanas sin mejoría.
Sus familiares informaron que, tras el inicio del tratamiento, la paciente dormía la mayor parte del tiempo sin mostrar mejoría, por lo que suspendieron los antipsicóticos siguiendo el consejo de un psicólogo familiar. Desde entonces, no se ha intentado ninguna otra intervención.
Informe del estado mental
La paciente no padecía de enfermedades crónicas, alergias, traumatismos graves, cirugías o transfusiones. Perdió a sus padres a los 2 y 4 años de primaria y ha vivido con varios familiares en diferentes países. Actualmente, vive con su hermana, quien trabaja en una farmacia y a menudo está sola en casa sin supervisión.
En el primer día postoperatorio, se evaluó el estado mental de una mujer que, aunque bien arreglada, aparentaba más edad de la declarada. Mostraba poca energía y evitaba el contacto visual. Su afecto no concordaba con su ánimo, que era depresivo, aunque su pensamiento era organizado y lógico.
La paciente relató haber escuchado a su tío y a su hermana planear añadir veneno a su comida y voces desconocidas que la instaban a ingerir clavos y metales, lo cual obedecía. Creía que su familia quería matarla y se alejó de casa por esa razón, pero no tenía intenciones de autolesionarse. Obtuvo 4 puntos en la escala modificada de SAD PERSONS para riesgo de suicidio.
En el examen cognitivo, estaba orientada en persona, lugar y tiempo. Su memoria estaba intacta, pero tenía un leve deterioro en la atención y concentración. Aunque no comprendía plenamente su situación, su juicio era adecuado.
Intervención quirúrgica y hallazgos en el quirófano
Tras su ingreso y reevaluación, se preparó a la paciente para una laparotomía de urgencia. Durante la operación, se hizo una incisión en la línea media de la pared abdominal anterior y se encontró un estómago distendido con un clavo perforando su pared.
Se practicó una incisión de gastrostomía de 5 cm y se encontraron más de 170 cuerpos extraños metálicos de diversos tamaños y tipos. Estos fueron evacuados completamente, seguidos de un lavado gástrico con solución salina normal y Decasan. Posteriormente, se reparó el defecto y se cerraron las incisiones.
La paciente fue trasladada a la Unidad de Cuidados Postanestésicos (UCP) para su control postoperatorio y luego a la sala de cirugía, bajo la atención del equipo quirúrgico y un psiquiatra.
La recuperación postoperatoria fue generalmente sin problemas, aunque presentó un episodio de hipotensión el tercer día, tratado con líquidos intravenosos. Al día 7, fue dada de alta de la unidad de salud mental bajo el cuidado de sus familiares, a quienes se les informó sobre la importancia del apoyo social para pacientes con enfermedades mentales.
Ingestión de cuerpos extraños por esquizofrenia
En todo el mundo, 20 millones de personas padecen esquizofrenia. A diferencia de los adultos normales, que tienen menos probabilidades de sufrir la ingestión de cuerpos extraños, los pacientes con enfermedades mentales como la esquizofrenia tienen un mayor riesgo de ingestión de cuerpos extraños tanto intencional como accidental.
Los cuerpos extraños intencionados pueden ser suicidas o formar parte del espectro de síntomas de la enfermedad, por ejemplo debido a alucinaciones auditivas de mando o a una ilusión en la que el paciente percibe el objeto como comida.
Esquizofrenia
La esquizofrenia es un trastorno mental crónico grave, y se asocia a una morbilidad considerable y a una mala calidad de vida en general, ya que puede afectar al rendimiento educativo y laboral.
Asimismo, las personas con esquizofrenia tienen entre 2 y 3 veces más probabilidades de morir prematuramente que la población general. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 69% de los pacientes esquizofrénicos de todo el mundo no reciben una atención adecuada, y el 90% de ellos se encuentran en el África subsahariana.
Además, el estigma asociado a la esquizofrenia y a otros trastornos mentales es un importante factor de perpetuación de la enfermedad y a menudo conduce al alejamiento del hogar y al retraimiento social. Por lo tanto, esto debe abordarse en todo el tratamiento del paciente.
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