La lesión cerebral mostró un patrón característico en "diana" en la resonancia magnética, facilitando el diagnóstico diferencial con esclerosis múltiple.
Por: Mariana Mestizo Hernández
Una mujer de 37 años, con antecedentes personales de artritis idiopática juvenil y ascendencia del norte de Europa, acudió al servicio de urgencias tras presentar un inicio súbito de dolor corporal difuso, visión borrosa y debilidad en el hemicuerpo izquierdo.
Según el relato de la paciente, cinco días antes había experimentado un episodio similar, que incluyó dolor generalizado, una sensación de presión torácica que interrumpió su sueño y dificultad para coordinar movimientos simples, como acercarse un vaso a la boca. Aunque reportó una mejoría parcial posterior, persistió la debilidad en la lengua y cierta dificultad para articular palabras, lo que motivó su consulta tras un segundo episodio.
Evaluación clínica inicialDurante la valoración inicial, la paciente se encontraba alerta, orientada en persona, lugar, tiempo y evento, aunque visiblemente ansiosa. Manifestó síntomas adicionales de confusión mental, pérdida de memoria a corto plazo y ánimo depresivo durante el último año. Negó antecedentes previos de síntomas motores o sensoriales similares, así como el uso de sustancias psicoactivas.
En el examen físico, los signos vitales se encontraban dentro de parámetros normales. El examen neurológico reveló un aplanamiento nasolabial izquierdo y una debilidad leve pero consistente en el hemicuerpo izquierdo. La sensibilidad, la coordinación y la función cerebelosa se mantenían preservadas, sin hallazgos en el resto del examen sistémico.
Estudios de laboratorio e imagen
Los estudios iniciales no evidenciaron leucocitosis ni alteraciones en el líquido cefalorraquídeo (LCR). Las pruebas específicas, incluyendo cultivos, PCR para virus neurotrópicos, VDRL, bandas oligoclonales y anticuerpos contra acuaporina-4, resultaron negativas.
Una tomografía computarizada cerebral mostró una lesión hipodensa, redondeada y bien delimitada en la corona radiata derecha, con leve efecto de masa. La resonancia magnética (RM) posterior permitió identificar una lesión con imagen en "diana", hiperintensa en secuencia T2/FLAIR, sugestiva de esclerosis concéntrica de Balo (SBC). No se encontraron alteraciones en las imágenes por RM de columna cervical, torácica ni lumbar.
Tratamiento y evolución
Con base en la presentación clínica, los hallazgos de neuroimagen y la exclusión de otras patologías desmielinizantes o infecciosas, los equipos de neurología y medicina interna diagnosticaron a la paciente con SBC. Se inició tratamiento con metilprednisolona intravenosa a dosis altas (1 g/día por 5 días), tras lo cual se observó una evolución favorable. La paciente fue dada de alta en condición estable.
No obstante, los autores (Vickaryous et al) señalan que, una resonancia magnética de control, realizada cuatro meses después, mostró una disminución en el tamaño y el realce de la lesión. Clínicamente, la paciente presentaba una recuperación casi completa, con resolución del aplanamiento facial y únicamente una debilidad residual leve.
Esclerosis concéntrica de Balo
La esclerosis concéntrica de Balo es una entidad desmielinizante infrecuente del sistema nervioso central, históricamente considerada una variante de la esclerosis múltiple (EM). La característica distintiva de esta enfermedad es su patrón en capas concéntricas de mielina intacta y desmielinizada, visible en la resonancia magnética.
Aunque comparte manifestaciones clínicas con otras enfermedades desmielinizantes, como la EM, se diferencia por la ausencia frecuente de bandas oligoclonales en el LCR y por su patrón lesional único.
Este caso resalta la importancia de considerar diagnósticos menos comunes ante síntomas neurológicos atípicos. La ausencia de diseminación en tiempo y espacio, según los criterios de McDonald para EM, así como los hallazgos negativos en las pruebas del LCR, contribuyeron a descartar dicha entidad. Además, el antecedente autoinmune de la paciente podría representar un factor predisponente, aunque el vínculo entre enfermedades autoinmunes y SBC aún no está completamente esclarecido.
Actualmente, el tratamiento del SBC no está estandarizado debido a su baja prevalencia y a la falta de ensayos clínicos específicos. El uso de corticoides en fases agudas, como en este caso, ha demostrado resultados favorables. No obstante, el curso de la enfermedad puede ser heterogéneo, y algunos pacientes desarrollan formas recurrentes o progresivas, lo que subraya la necesidad de un seguimiento clínico prolongado.