Las lesiones cutáneas aparecían como pápulas eritematosas durante una actividad física de alto rendimiento y, desaparecían espontáneamente en un periodo de dos horas sin necesidad de intervención médica.
Por: Katherine Ardila
Un paciente masculino de 27 años, previamente sano, acude a consulta por erupción eritematosa y pruriginosa en los brazos tras realizar entrenamientos de fútbol. El primer episodio de la erupción se reportó a los nueve años, durante un partido, y desde entonces, ha resurgido después de cualquier actividad física intensa, especialmente el fútbol, limitando gradualmente su práctica deportiva.
A los 23 años, el paciente desarrolló urticaria generalizada, que se manifestaba entre 15 y 20 minutos después de iniciar la actividad física. Las lesiones cutáneas aparecían como pápulas eritematosas y desaparecían espontáneamente en un periodo de dos horas sin necesidad de intervención médica.
No presenta síntomas respiratorios o de alergias
El paciente negó la presencia de síntomas respiratorios como disnea, hinchazón de labios o lengua, o molestias en la garganta, y no presenta signos de angioedema. Tampoco reportó ingestión de alimentos, fármacos o sustancias desencadenantes antes de los episodios.
Tampoco tuvo historial de alergias, excepto antecedentes quirúrgicos de extracción de muelas del juicio. Además, niega el consumo de alcohol, tabaco o drogas recreativas.
Durante los episodios, el paciente describió una sensación de calor y enrojecimiento facial, aunque sin otros síntomas sistémicos como disnea, dolor torácico o hinchazón de mucosas.
En los últimos tres meses previos a la consulta, notó un aumento en la frecuencia e intensidad de los episodios, lo que lo llevó a buscar atención médica.
Evaluación diagnósticaEn el examen físico, la piel y las mucosas estaban normales, sin cambios en los miembros ni edema, y no había adenopatías. El examen neurológico mostró fuerza y reflejos normales, y la exploración otorrinolaringológica también fue normal.
El hemograma reveló un recuento de leucocitos de 7,500/mm³ y niveles de inmunoglobulina E total ligeramente elevados (110 UI/ml), lo que sugiere predisposición a reacciones alérgicas.
Las pruebas de función hepática y renal fueron normales, al igual que la radiografía de tórax y la ecocardiografía transtorácica, que no mostraron signos de disfunción. En cuanto a los pulmones, medidos por espirometría, también fue normal, sin evidencia de broncoespasmo.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial en este caso, incluye varias condiciones relevantes. La urticaria colinérgica es una posibilidad, ya que se presenta tras el aumento de la temperatura corporal.
Aunque también se debe considerar la dermatitis alérgica por contacto, que causa erupciones tras la exposición a alérgenos. El eritema multiforme, caracterizado por lesiones en diana, puede ser otro desencadenante, aunque es poco probable en este caso.
El asma inducida por el ejercicio, aunque generalmente se manifiesta con síntomas respiratorios, puede estar asociada con reacciones cutáneas.
También se deben tener en cuenta infecciones virales o bacterianas que podrían causar erupciones similares. Las reacciones a medicamentos y el angioedema, que a veces se presenta con urticaria, son otras consideraciones importantes. Cada condición requiere una evaluación cuidadosa de la historia clínica y los síntomas para llegar a un diagnóstico adecuado.
Diagnóstico oficial: Urticaria inducida por el ejercicio
Esta condición es una forma específica de urticaria crónica que se manifiesta como pápulas o urticaria con picazón tras el esfuerzo físico. Se clasifica bajo el paraguas de la urticaria física, que incluye la urticaria colinérgica, urticaria por frío y urticaria por calor.
Aunque la fisiopatología de esta enfermedad no se comprende completamente, se cree que implica la activación de mastocitos y la liberación de histamina y otros mediadores inflamatorios en respuesta al aumento de la temperatura corporal y al estrés físico.
La prueba de provocación con ejercicio fue un componente importante en el diagnóstico de la urticaria inducida por el ejercicio, ya que ayudó a confirmar el diagnóstico y a diferenciar la afección de otras formas de urticaria que pueden provocar síntomas similares.
Tratamientos disponibles para la urticaria física
Después de confirmar el diagnóstico de urticaria inducida por el ejercicio, se proporcionó al paciente información sobre opciones de tratamiento, incluyendo la reducción de la actividad física intensa y el uso profiláctico de antihistamínicos.
Se recomendó el uso de cetirizina 10 mg una hora antes de actividades físicas más intensas. No obstante, el paciente optó por no utilizar el fármaco de forma regular, prefiriendo modificar gradualmente su rutina de ejercicios.
Durante el seguimiento, no se reportaron episodios graves de urticaria ni complicaciones, y el paciente refirió un mayor control de sus síntomas. Se le aconsejó al futbolista continuar con una actividad física de ligera a moderada y utilizar antihistamínicos profilácticos si deseaba reanudar el ejercicio de mayor intensidad.
Puede acceder al caso clínico completo aquí.