A pesar de tener niveles de ácido úrico “normales”, el paciente sufrió recaídas por su dieta rica en purinas y consumo de alcohol; el manejo exitoso se logró mediante control metabólico estricto, dieta y ajuste terapéutico sin necesidad de cirugía.
Por: Katherine Ardila
Un hombre de 62 años con historial de gota crónica e hiperuricemia acudió a consulta por un cuadro agudo de inflamación, enrojecimiento y dolor en la punta de la nariz.
El paciente presentaba una deformidad nasal preexistente caracterizada por ensanchamiento y engrosamiento de la punta nasal, donde se palpaba una masa indolora en el vestíbulo nasal derecho.
A pesar de mantener tratamiento con febuxostat y niveles de ácido úrico relativamente controlados (5.5-6.2 mg/dl), el paciente refirió un reciente ataque gotoso en la mano y admitió mantener una dieta rica en purinas con consumo de alcohol.
Entre sus comorbilidades destacaban hipertensión arterial, obesidad y diabetes mellitus tipo II.
Hallazgos clínicos y diagnósticoLa exploración física reveló eritema y edema en la punta nasal con extensión al vestíbulo y tabique nasal derecho. La tomografía computarizada mostró una masa de 2.5 cm con destrucción del cartílago septal y extensión contralateral.
Tras el tratamiento antibiótico para la infección aguda, persistió la estructura nodular cuya biopsia confirmó la presencia de cristales de urato monosódico mediante microscopía de luz polarizada. La tomografía computarizada de doble energía reveló múltiples depósitos de tofos gotosos en el septo nasal y diversas articulaciones.
Manejo terapéutico y seguimiento
El manejo se orientó hacia el control metabólico estricto, estableciendo como objetivo terapéutico niveles de ácido úrico inferiores a 5 mg/dl para promover la reabsorción de los tofos.
Se implementaron modificaciones dietéticas estrictas y optimización del tratamiento hipouricemiante. Tras seis meses de seguimiento, se observó estabilidad de la lesión nasal sin progresión de la deformidad, demostrando la efectividad del abordaje conservador.
Discusión clínicaLos tofos gotosos representan manifestaciones de gota crónica mal controlada, siendo excepcional su localización a nivel del cartílago septal nasal. Este caso constituye el primer reporte documentado de un tofo gotoso infectado en esta localización anatómica particular.
El diagnóstico diferencial debe incluir patologías autoinmunes sistémicas como la granulomatosis con poliangeítis, que pueden presentar manifestaciones nasales similares.
Es importante destacar que, como se evidenció en este caso, los eventos agudos de gota pueden ocurrir incluso con niveles séricos de ácido úrico dentro de rangos normales, particularmente en pacientes con mala adherencia a las recomendaciones dietéticas y múltiples factores de riesgo metabólicos.
Implicaciones clínicasEste caso (Gill Verstappen, Olaf Michel, Stijn Halewyck, Vedat Topsakal, Antje Pössneck) subraya la importancia del manejo integral en pacientes con gota crónica, enfatizando que el control metabólico estricto y las modificaciones del estilo de vida son fundamentales para prevenir complicaciones inusuales.
El abordaje quirúrgico se reserva para casos con complicaciones mecánicas, infecciosas o estéticas significativas, mientras que en la mayoría de los casos el tratamiento médico adecuado puede lograr la estabilización de las lesiones. La monitorización prolongada resulta esencial en estos pacientes con enfermedad poliarticular y comorbilidades metabólicas asociadas.