Los cristales de colesterol se asocian con factores de riesgo de aterosclerosis y embolización, afectando diversos órganos como la piel, riñones y tracto gastrointestinal.
Por: María Camila Sánchez
Un paciente de 69 años con enfermedad coronaria, hipertensión, enfermedad por reflujo gastroesofágico e hiperlipidemia acudió al hospital quejándose de heces de color negro (melena) de 4 días de evolución, acompañado de casi síncompe y disnea de esfuerzo.
El paciente refirió que, dos meses antes, había sido sometido a una angioplastia coronaria y a un injerto de bypass coronario de tres vasos. Se le administraba aspirina, clopidogrel, atorvastatina, metoprolol, amlodipino y omeprazol. Durante más de 30 años, fumó dos cajetillas diarias de cigarrillos, y dejó de hacerlo tras la operación de su corazón.
Tratamiento inicialDurante la exploración física, los profesionales hallaron una conjuntiva palpebral pálida y una cicatriz cicatrizada de la pared torácica anterior. El resto de las exploraciones fueron normales.
En el servicio de urgencias se le administró un goteo de pantoprazol y se le transfundió una unidad de concentrado de hematíes. La impresión inicial fue de hemorragia digestiva alta, probablemente debida a una úlcera causada por el consumo de antiinflamatorios no esteroideos.
Tras estabilizar su hemodinámica, una esofagogastroduodenoscopia reveló una gran lesión masiva subepitelial con un centro ulcerado que surgía de la segunda porción del duodeno justo enfrente de la papila mayor de apariencia normal. La ecografía endoscópica reveló una masa sólida exofítica que surgía de la muscularis propria del duodeno.
La biopsia por aspiración con aguja fina reveló una neoplasia de células fusiformes. Las tinciones inmunohistoquímicas fueron positivas para actina de músculo liso y desmina, compatibles con leiomioma. La hemoglobina de la paciente se mantuvo en 9 g/dl tras una transfusión de 3 unidades de concentrado de hematíes.
Hallazgos endoscópicos y diagnóstico definitivo
Se aplazó una pancreaticoduodenectomía debido al aumento de la creatinina sérica, con un valor máximo de 5,4 mg/dL a pesar de una hidratación adecuada. La biopsia renal reveló múltiples hendiduras intraluminales y espacios dentro del glomérulo compatibles con un ateroembolismo, indicativos de enfermedad ateroembólica renal. El servicio de cardiología recomendó controlar los factores de riesgo metabólico del paciente. Su creatinina acabó estabilizándose y se procedió a la intervención quirúrgica.
Una exploración abierta confirmó que el tumor de gran tamaño era mayoritariamente exofítico hacia el duodeno y era fácilmente identificable y movilizable. Se realizó una escisión local.
La patología macroscópica reveló una masa ovoide irregular de color rosa tostado que medía 9 cm en su mayor dimensión, con una superficie serosa lisa, vasculatura prominente y una úlcera central de 2,5 × 1,5 cm.
El examen microscópico reveló una neoplasia de células fusiformes sin atipia citológica ni mitosis; sin embargo, había cambios ateroscleróticos de grandes vasos sanguíneos submucosos con múltiples hendiduras intraluminales y espacios compatibles con ateroembolia y la inmunotinción era compatible con leiomioma.
Se firmó oficialmente como leiomioma, cambios ateroscleróticos de grandes vasos sanguíneos submucosos con émbolos de colesterol. Desgraciadamente, su función renal no recuperó los valores basales, y en el momento del alta el BUN y la creatinina séricos eran de 79 mg/dl y 3,4 mg/dl, respectivamente.
Embolia por cristales de colesterol (ECC)
Es una afección resultante de la rotura de una placa con liberación de cristales de colesterol a la circulación, que luego embolizan en diversos órganos tisulares. La afectación del tracto gastrointestinal (GI) puede provocar hemorragia GI, obstrucción, inflamación y perforación.
Estas presentaciones proteicas a menudo simulan otras enfermedades, lo que provoca dificultades y retrasos en el diagnóstico, pruebas diagnósticas innecesarias y un tratamiento subóptimo. Por estas razones, la ECM ha sido apodada la "gran enmascaradora".
Riesgo de formación de cristales de colesterol
La embolia por colesterol (EC) está asociada con factores de riesgo de aterosclerosis y embolización, afectando diversos órganos como la piel, riñones y tracto gastrointestinal. Sus manifestaciones clínicas pueden variar desde síntomas agudos como íleo y dolor abdominal hasta presentaciones crónicas como dolor abdominal y hemorragia.
El diagnóstico requiere un alto índice de sospecha y hallazgos histológicos específicos. El tratamiento se centra en el control de factores de riesgo y la prevención de la embolización recurrente, pero el pronóstico sigue siendo desafiante, con altas tasas de mortalidad.
Es crucial considerar la EC en pacientes con antecedentes de intervención vascular y síntomas gastrointestinales o renales.
Acceda al caso completo aquí.