Los tumores presentaron un patrón histológico casi idéntico y localizado en el área de contacto directo con el dispositivo, lo que sugiere un posible efecto relacionado con la exposición prolongada a la radiación electromagnética.
Por: Katherine Ardila
Cuatro casos documentados muestran tumores multifocales que aparecieron precisamente en la zona de contacto directo con dispositivos móviles, planteando serias preguntas sobre un posible factor de riesgo hasta ahora subestimado.
En los últimos años, los autores del estudio aseguran que han observado un patrón clínico inquietante: mujeres jóvenes, sin antecedentes familiares significativos de cáncer de mama, desarrollaron tumores multifocales exactamente donde colocaban sus teléfonos celulares dentro del sostén hasta 10 horas cada día.
La primera paciente tenía solo 21 años cuando consultó por secreción sanguinolenta espontánea en su pezón izquierdo. Durante años había mantenido su celular en el lado izquierdo del sostén varias horas diarias. Los estudios revelaron un carcinoma ductal extenso con microinvasión multifocal que abarcaba 12 centímetros, requiriendo una mastectomía.
Otra mujer de la misma edad descubrió una masa palpable en su seno izquierdo, justo en el punto de contacto con el dispositivo. Llevaba seis años usando su celular en el sostén ocho horas o más cada día. El análisis post-mastectomía mostró cáncer invasivo multifocal con metástasis en ganglios linfáticos. Posteriormente, desarrolló metástasis óseas.
El tercer caso corresponde a una mujer de 33 años que presentó dos masas palpables en el cuadrante superior externo de su mama derecha, directamente bajo donde colocaba el teléfono mientras corría. Usaba una aplicación GPS durante sus entrenamientos. La resonancia magnética detectó al menos seis lesiones sospechosas distribuidas a lo largo de 8 centímetros.
La cuarta paciente, de 39 años, tenía tres masas en el área de contacto con el teléfono en su seno derecho. Durante una década, había usado el dispositivo en su sostén mientras trabajaba, empleando un manos libres Bluetooth para conversar durante horas cada día. La mastectomía reveló cuatro carcinomas ductales invasivos separados.
El patrón histológico del cáncer de mamaLo más llamativo de estos casos es la similitud en las características patológicas. Todos los carcinomas mostraron una histología casi idéntica, caracterizada por una mezcla de patrones tubulares y sólidos. Todos fueron positivos para receptores de estrógeno y progesterona, pero negativos para Her2.
Las unidades ductales y lobulares alejadas de las áreas de contacto con el teléfono no mostraron cambios histológicos significativos, lo que sugiere que el efecto estaba localizado precisamente en la zona expuesta.
A pesar de esta localización específica, los tumores demostraron capacidad de metastatizar, como lo confirman tres pacientes con metástasis ganglionar y una con metástasis ósea.
¿Qué dice la ciencia hasta ahora?La comunidad científica mantiene un debate abierto sobre los posibles efectos carcinogénicos de la radiación electromagnética de los teléfonos celulares. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer ha clasificado las ondas de radiofrecuencia como "posible carcinógeno humano", pero la evidencia hasta ahora no es concluyente.
Los teléfonos emiten radiación en el espectro de microondas, con efectos tanto térmicos como no térmicos. A diferencia de la radiación médica, esta energía no es suficiente para ionizar moléculas ni producir daño directo al ADN. Sin embargo, puede crear corrientes dentro del tejido y afectar los microambientes celulares.
El estudio INTERPHONE, el más grande realizado hasta la fecha sobre el tema, no logró identificar un aumento significativo en el riesgo de tumores cerebrales con el uso de celulares. No obstante, algunos análisis sugieren mayor riesgo de glioma en usuarios muy intensivos que siempre usan el teléfono en el mismo lado de la cabeza.
Factores que hacen única esta situaciónExisten diferencias cruciales entre estos casos y la literatura científica disponible. Primero, a diferencia del cerebro -protegido por el cráneo-, aquí hubo contacto directo entre el dispositivo y el tejido mamario. El efecto de la radiación disminuye rápidamente con la distancia, por lo que el contacto directo podría potenciar cualquier efecto.
Segundo, el período de exposición fue extraordinariamente prolongado -años, con uso diario de varias horas. Tercero, dos de las pacientes comenzaron esta práctica durante la adolescencia, cuando el tejido mamario todavía se desarrollaba. El tejido en división activa, como ocurre durante la pubertad, podría ser más vulnerable a posibles efectos adversos.
Curiosamente, los fabricantes de teléfonos incluyen en sus manuales recomendaciones para evitar el contacto directo con la piel. Apple recomienda mantener el iPhone a al menos 1,5 cm del cuerpo, mientras que BlackBerry sugiere 15 mm de distancia cuando el dispositivo transmite.
Estas advertencias suelen pasar desapercibidas para la mayoría de usuarios. Las regulaciones de seguridad, establecidas en 1996, se basan en pruebas de apenas 30 minutos de exposición y no consideran el contacto directo prolongado con la piel.
Conclusiones y recomendacionesA partir de estos cuatro casos, aunque los autores (West, J. et al) no pueden establecer causalidad, sí señalan una asociación preocupante que merece investigación urgente. El patrón de cánceres multifocales localizados exactamente en el área de contacto, en mujeres jóvenes sin otros factores de riesgo evidentes, es demasiado llamativo para ignorarlo.
Hasta que se disponga de más evidencia, recomendamos seguir las indicaciones de los fabricantes: evitar el contacto directo prolongado entre el teléfono y la piel. En nuestra práctica, hemos comenzado a documentar rutinariamente los hábitos de uso del celular en la historia clínica.
Los médicos deberían informar a sus pacientes, especialmente a las más jóvenes, que hasta que se demuestre la seguridad absoluta, es preferible transportar los celulares en bolsos o fundas externas en lugar de mantenerlos en contacto directo con los senos durante horas cada día.