Entre su autoría se encuentran investigadores del Recinto de Ciencias Médicas y VOCES
Por: Belinda Burgos
Un ensayo publicado por investigadores puertorriqueños y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recalca nuevamente alta prevalencia en el virus de papiloma humano (VPH) que registra Puerto Rico, y con ella el aumento en el porcentaje de pacientes con casos de cáncer como el de cuello uterino, con el número de casos más alto entre todos los estados y territorios de los Estados Unidos.
En la publicación se destaca el logro de la creación de la Ley No. 9 (aprobada el 20 de diciembre de 2010), a través de la cual se permite el acceso a la vacuna contra el VPH a niñas entre los 11 y 18 años.
Aunque algunos sectores se opusieron, no tanto a la aplicación de la vacuna, pero si al mandato, el arduo trabajo de diferentes grupos de salud como VOCES y lamentables hechos como el fallecimiento de una joven madre de 3 hijos por cáncer de cuello uterino en 2015, encaminaron la lucha en torno a la urgencia y necesidad de la vacunación.
Dicha ley fue modificada en 2012 para incluir también a los niños de 11 a 18 años. La implementación de esta política pública fue fundamental porque el Programa de Vacuna para Niños, que está disponible para familias puertorriqueñas sin seguro médico, brinda acceso limitado a la vacuna para niños de familias con seguro privado.
Asimismo, para 2015, la Coalición de Vacunación de Puerto Rico (VOCES) lideró la primera discusión sobre tener un requisito de vacuna contra el VPH para el ingreso a la escuela, como parte del informe del Panel Asesor de VPH.
Así, para junio de 2017, a través de una conferencia de prensa, la Secretaría de Salud de Puerto Rico alentó a los padres a vacunar a sus hijos contra el VPH y les notificó que la vacuna sería necesaria para el ingreso escolar de los niños de 11 a 12 años a partir del otoño de 2018. En mayo de 2018, se anunció el requisito oficial para su implementación en agosto de 2018.
Esto se permite bajo el campo legal, ya que, en Puerto Rico, bajo la Ley Núm. 25 (aprobada el 25 de septiembre de 1983), el Secretario de Salud de Puerto Rico puede decidir qué vacunas se requerirán para el ingreso a la escuela, en este caso puntual se solicita contar con la vacuna contra el VPH.
En 2016, según la Encuesta Nacional de Inmunización para Adolescentes, las tasas antes de la implementación del requisito eran del 80.8% en las niñas y del 71.1% en los niños con 1 o más dosis de la vacuna contra el VPH (6). Otra consideración para la adopción fue la cohorte inicial elegida (es decir, niños de 11 a 12 años), que requiere solo 2 dosis de la vacuna, lo que resulta en un enfoque más rentable
Pese a la negativa de algunos padres y tutores acreditado al desconocimiento de los beneficios de la vacuna y/o la aparición de efectos secundarios o la negativa o el oponerse a las políticas que el estado que establece la inmunización compulsoria en sus hijos, los análisis preliminares con datos del Registro de Inmunizaciones de Puerto Rico (PRIR) mostraron un aumento del 54.0% en las vacunas entre los niños de 11 a 12 años al comparar los períodos pre-política (2017) y post-política (2019).
Sin embargo, la iniciativa se truncó con varios desafíos. Primero, la implementación de la vacuna contra el VPH fue 11 meses después del huracán María, uno de los peores desastres naturales en la historia de Puerto Rico.
Segundo, el impacto de este huracán en los sistemas escolares y de salud pública llevó a una migración estimada de la población del 2.43% a los EE. UU y por último y, la pandemia del COVID-19 que ha hecho que muchos sectores de la salud se centren en la atención de estos pacientes dejando de lado temporalmente otras condiciones.
Oportunidades
De acuerdo con el ensayo, la vacunación compulsoria contra el VPH “brinda una oportunidad única para evaluar el impacto en las tasas de vacunación contra el VPH en la isla y explorar el contexto más amplio de los requisitos de ingreso a la escuela de la vacuna contra el VPH en otros estados de EE. UU.”.
Además, permitirá desarrollar estudios epidemiológicos para evaluar el impacto de los cambios en las tasas de vacunación frente a la incidencia futura de precánceres y casos de cánceres relacionados con el VPH.
De otra parte, especialistas en ginecología del País han concordado con la importancia de la vacunación contra el VPH de esta población, pues han sido testigos de fatalidades a causa del cáncer de ovario, como lo fue en el caso de Rhaiza Vélez, una madre puertorriqueña de 32 años que falleció en el 2015 a causa del tumor hallado en estadio avanzado.
Las mujeres deben acudir a su ginecólogo anualmente para realizarse la prueba de Papanicolau y la de VPH. Es la única manera de detectar este tipo de cáncer a tiempo. Igualmente se promueve la vacunación en mujeres de 21 años en adelante con la vacuna, indicada para proteger frente a enfermedades causadas por los tipos 6, 11, 16 y 18 del virus.
La infección por VPH representa más del 70% de los cánceres de orofaringe. Aunque las tasas de cáncer de orofaringe con VPH positivo están aumentando.
Entre los autores del ensayo estuvieron: Dra. Vivian Colón-López, Dra. Coralia Vázquez-Otero, Dra. Vilnery Rivera Figueroa, Dra. Glizette Arroyo Morales, Dra. Diana Medina Laabes, Dra. Roxana Soto Abreu, Dra. Olga Díaz Miranda, Dr. Ángel Rivera, Dr. Iris Cardona, Dra. Ana Ortiz; VOCES PR, Dra. Pamela Hull.
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