Aunque niveles bajos de vitamina D se han asociado con un mayor riesgo de hipertensión y enfermedades cardíacas, la evidencia científica aún no confirma que esta deficiencia cause presión arterial alta, según advierte Mayo Clinic.
Por: Laura Guio
La pregunta sobre si la deficiencia de vitamina D puede causar hipertensión arterial ha capturado la atención de investigadores y pacientes por igual.
Sin embargo, pese al creciente interés, la comunidad médica mantiene una postura cautelosa: la evidencia científica disponible hasta el momento no permite confirmar que la falta de este nutriente sea una causa directa de presión arterial elevada.
Una asociación sin confirmación causal
Diversos estudios han identificado que las personas con niveles reducidos de vitamina D presentan mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, hipertensión y diabetes.
La investigación también sugiere un incremento en la mortalidad cardiovascular asociada a esta deficiencia. No obstante, Mayo Clinic subraya que establecer una correlación no equivale a demostrar causalidad, y que los resultados de las investigaciones sobre este tema han sido inconsistentes.
La institución médica señala que no está claro si tomar suplementos diarios de vitamina D realmente previene infartos o accidentes cerebrovasculares. Los beneficios de la suplementación podrían limitarse únicamente a personas con deficiencias severas de esta vitamina.
El papel de la vitamina D en el sistema cardiovascularLa vitamina D funciona como una hormona en el organismo, participando en la regulación de múltiples procesos bioquímicos relacionados con el metabolismo energético. Más allá de su conocido rol en la salud ósea y la absorción de calcio, este nutriente parece desempeñar funciones en el sistema cardiovascular.
Según explica Mayo Clinic, la vitamina D podría intervenir en la regulación de sustancias químicas que controlan la presión arterial. Además, contribuiría a mantener la flexibilidad y el buen estado del endotelio vascular.
Cuando los niveles son insuficientes, las arterias tienden a perder elasticidad y volverse más rígidas, lo que podría dificultar la circulación sanguínea y propiciar el desarrollo de hipertensión.
¿Cuánta vitamina D se recomienda?Las directrices de la National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine, respaldadas por Mayo Clinic, establecen que los adultos entre 19 y 70 años deben consumir 600 unidades internacionales (UI) de vitamina D diariamente. Para las personas mayores de 70 años, esta cantidad aumenta a 800 UI por día.
La institución advierte enfáticamente sobre los riesgos de exceder las dosis recomendadas: "Recuerde, más de una vitamina no siempre es mejor. No tome más de 4.000 UI al día". El consumo excesivo puede resultar perjudicial para la salud.
Grupos de mayor riesgoCiertos sectores de la población enfrentan mayor vulnerabilidad ante la deficiencia de vitamina D. Las personas con piel oscura encuentran dificultades para sintetizar este nutriente debido a que la melanina reduce la efectividad de la exposición solar.
Los adultos mayores también constituyen un grupo de riesgo, especialmente cuando pasan tiempo limitado al aire libre o padecen condiciones que dificultan la absorción de vitaminas.
Mayo Clinic recomienda que estos grupos consulten con profesionales de la salud para evaluar si requieren análisis específicos de sus niveles de vitamina D.
Cuándo realizar pruebas de detecciónLa evaluación de los niveles de vitamina D mediante análisis de sangre no debe realizarse de forma indiscriminada. Mayo Clinic sugiere que estas pruebas se reserven para personas pertenecientes a grupos de riesgo o que presenten síntomas compatibles con deficiencia.
La recomendación médica es clara: evitar la automedicación y buscar orientación profesional antes de iniciar cualquier régimen de suplementación. Cada caso requiere evaluación individualizada para determinar las medidas más apropiadas según las circunstancias particulares de cada paciente.