Las opciones de tratamiento para la infertilidad, como la fertilización in vitro, pueden ser costosas y emocionalmente agotadoras. La carga psicológica de estos procedimientos, sumada al dolor físico y la incertidumbre sobre su éxito, pueden generar un alto nivel de estrés en las pacientes.
La endometriosis es una enfermedad crónica y dolorosa que afecta a millones de mujeres en el mundo, caracterizada por crecimiento anormal del tejido endometrial fuera del útero. Esta condición, que solo afecta a mujeres en edad reproductiva, puede tener un impacto duro en la calidad de vida de quienes la sufren. Situaciones tales como el dolor crónico, la infertilidad y la falta de comprensión médica y social pueden generar ansiedad, depresión y estrés.
Uno de los problemas principales que enfrentan las mujeres con endometriosis es el dolor crónico. Este dolor puede ser incapacitante y afectar seriamente la calidad de vida. Muchos estudios han demostrado que el dolor persistente está estrechamente relacionado con altos niveles de ansiedad y depresión. La incertidumbre sobre cuándo ocurrirán los episodios de dolor y la dificultad para realizar actividades cotidianas pueden generar una sensación de impotencia y frustración. Por otro lado, tenemos la sensibilización central, lo cual es un fenómeno neuronal bien documentado en los pacientes de endometriosis. Esta patología describe una amplificación de la trasmisión del dolor percibido a nivel del sistema nervioso central en proporción a la ansiedad causada por la falta de entendimiento del curso de la enfermedad. Este desorden se ha descrito también en otros tipos de dolores crónicos, y se ha demostrado que cuando los pacientes son educados y entienden su patología puede disminuir la intensidad del dolor.
Desafortunadamente, muchas mujeres con endometriosis enfrentan un largo proceso de diagnóstico. Asimismo, la sociedad suele minimizar el impacto del dolor menstrual, normalizando el sufrimiento y restándole importancia a las experiencias de las mujeres. Durante el tiempo previo a identificar esta enfermedad, las pacientes pueden ser incomprendidas por sus familiares y hasta por algunos profesionales de la salud, lo que refuerza sentimientos de aislamiento y desesperanza. La falta de conocimiento sobre la enfermedad en la sociedad también contribuye a que las pacientes se sientan abandonadas. A pesar de que la endometriosis afecta a aproximadamente 1 de cada 10 mujeres en edad reproductiva, sigue siendo una enfermedad poco comprendida y subestimada. Muchas mujeres son etiquetadas como "exageradas" o "changas", lo que contribuye a una baja autoestima y una sensación de invalidez. Esta falta de apoyo puede llevarlas a evitar hablar sobre su condición, aumentando su aislamiento y empeorando su salud mental.
Otro aspecto crucial es la relación entre la endometriosis y la infertilidad. Muchas mujeres descubren que tienen la enfermedad cuando intentan quedar embarazadas sin éxito. La infertilidad puede ser una experiencia emocionalmente devastadora, causando estrés en las relaciones de pareja y afectando la autoestima de la mujer. El miedo a no poder ser madre y la presión social sobre la maternidad pueden incrementar los síntomas de depresión y ansiedad. Las opciones de tratamiento para la infertilidad, como la fertilización in vitro, pueden ser costosas y emocionalmente agotadoras. La carga psicológica de estos procedimientos, sumada al dolor físico y la incertidumbre sobre su éxito, pueden generar un alto nivel de estrés en las pacientes.
Algunas estrategias multidisciplinarias para mejorar la salud mental de los pacientes con endometriosis pueden ser:
1. Consulta Psicológica y Psiquiátrica: La terapia cognitiva y conductual ha demostrado ser efectiva en la reducción del estrés y la ansiedad en pacientes con enfermedades crónicas. También es importante evaluar la necesidad de medicación en casos de depresión severa.
2. Grupos de Apoyo y Consejería Conyugal: Compartir experiencias con otras personas que padecen la enfermedad puede ayudar a reducir la sensación de aislamiento y brindar estrategias para manejar el dolor y el impacto emocional. El apoyo de pareja es crucial tanto para sobrellevar el dolor físico como para batallar con las presiones emocionales y psicológicas generadas por la enfermedad.
3. Educación: Promover el conocimiento sobre la endometriosis tanto en la comunidad médica como en la sociedad es crucial para reducir el estigma, mejorar el diagnóstico temprano y modular la sensibilización central.
4. Terapias Alternativas: Técnicas como el yoga, la meditación, el ejercicio y la terapia física pueden ayudar a manejar el dolor y reducir el estrés, mejorando la calidad de vida de las pacientes.
La endometriosis no es solo una enfermedad ginecológica, sino una condición que afecta profundamente la salud mental de quienes la padecen. El dolor crónico, la infertilidad y la falta de comprensión social pueden llevar a ansiedad, depresión y estrés. Para mejorar la calidad de vida de estas mujeres, es esencial un enfoque integral que incluya apoyo psicológico, educación y un sistema de salud que valide y atienda sus necesidades. Hablar sobre la relación entre endometriosis y salud mental es un paso crucial para visibilizar la enfermedad y garantizar que quienes la padecen reciban el apoyo y el respeto que merecen.
Nabal Bracero, MD, FACOG
Subespecialista en Endocrinología Reproductiva e Infertilidad
Catedrático Auxiliar en el Departamento de Obstetricia y Ginecología
Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico
Chair Elect
District IV
American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG)
Assistant Professor
Department of Obstetrics and Gynecology
University of Puerto Rico School of Medicine
Medical Director
GENES fertility institute
San Juan, Puerto Rico
Medical Director
PROGyn,Inc.