Más de 60 años después del desarrollo de la píldora anticonceptiva femenina, los métodos anticonceptivos hormonales para hombres se acercan finalmente a su comercialización.
Por: Laura Guio
El gel NES/T, que debe aplicarse diariamente en la piel, lidera la carrera y podría estar disponible en los próximos cinco años, según expertos internacionales.
La falta de inversión de las grandes farmacéuticas y los altos estándares de seguridad han retrasado durante décadas una promesa que comenzó a investigarse en los años 50.
La historia de los anticonceptivos masculinos comenzó paralelamente a la píldora femenina. En la década de 1950, la compañía Sterling Drug descubrió que el compuesto WIN 18446 suprimía eficazmente la producción de esperma en ensayos con reclusos voluntarios en Oregon.
Sin embargo, el proyecto se abandonó cuando se descubrió que la combinación con alcohol provocaba vómitos severos, dificultades respiratorias y arritmias cardíacas.
El problema radicaba en que el fármaco inhibía la enzima aldehído deshidrogenasa, crucial tanto para la maduración del esperma como para metabolizar el alcohol. Esta experiencia inicial enfrió las expectativas, aunque despertó un interés renovado en encontrar derivados que no interfieran con el consumo de bebidas alcohólicas.
El gel NES/T: La opción más prometedora del mercado
Actualmente, el anticonceptivo masculino más avanzado es NES/T, un gel desarrollado por la ONG Population Council y el Instituto Nacional de Salud Infantil. Este producto combina testosterona y nestorona y se aplica diariamente en hombros, pecho o espalda.
"Esta formulación ha mostrado buena eficacia anticonceptiva, tolerancia y escasos efectos secundarios", explica Piedad Gómez Torres, experta de la Universidad de Granada. El gel se encuentra en proceso de ensayos clínicos de fase 3, el último paso antes de la aprobación comercial.
Christina Wang, del Instituto Lundquist, confirma que NES/T es el anticonceptivo masculino que se encuentra más avanzado, con posibilidades reales de llegar al mercado en los próximos cinco años.
Alternativas hormonales y no hormonales en desarrolloAdemás del gel, se investigan píldoras hormonales basadas en los compuestos DMAU y 11ß-MNTDC, que combinan los efectos de testosterona y progesterona. Aunque van más retrasadas, podrían tener mayor aceptación social por su formato más familiar.
En el campo no hormonal destaca el YCT-529, que se encuentra en fase 2 de ensayo clínico y bloquea la misma vía del ácido retinoico que el histórico WIN 18446, pero sin sus efectos adversos con el alcohol.
También se desarrollan métodos vasooclusivos como ADAM de Contraline, un hidrogel inyectable que actúa como una "vasectomía reversible" durante al menos dos años.
Los obstáculos de la gran industria farmacéuticaLas grandes compañías farmacéuticas abandonaron sus programas de investigación en anticonceptivos masculinos a principios del siglo XXI.
Según Richard Anderson, del Centro de Salud Reproductiva de la Universidad de Edimburgo, "este es un mercado totalmente nuevo, y los anticonceptivos tienen que ser efectivos al 100%, baratos y con cero efectos secundarios".
A diferencia de los anticonceptivos femeninos, que compensan sus riesgos frente a los del embarazo y parto, los métodos masculinos no cuentan con esta justificación médica. Esto ha llevado a exigir estándares de seguridad prácticamente perfectos.
Alta aceptación socialLas encuestas revelan una creciente disposición masculina hacia estos métodos. A nivel global, un 61% de los hombres estarían dispuestos a usarlos, según la mayor encuesta internacional de 2024.
En España, la aceptabilidad es especialmente alta. Un estudio en Aragón mostró que el 70% de los hombres probarían estos anticonceptivos, cifras comparables a Francia, Reino Unido o Alemania.
El futuro de la anticoncepción compartidaDespués de más de medio siglo de investigación, los anticonceptivos masculinos parecen estar cerca de convertirse en realidad. Con múltiples opciones en desarrollo y una sociedad cada vez más receptiva, los próximos años podrían marcar un hito en la igualdad reproductiva.
El desarrollo de estos métodos representa no solo un avance científico, sino un cambio cultural hacia la responsabilidad compartida en la planificación familiar, donde hombres y mujeres tendrán opciones equivalentes para el control de la natalidad.