La inflamación persistente acelera el daño vascular, pero no está adecuadamente representada en los algoritmos actuales de evaluación de riesgo, lo que puede llevar a una falsa sensación de seguridad diagnóstica.
Por: Katherine Ardila
Durante el Congreso de la Liga Panamericana de Reumatología (PLANAR), en México, la Dra. Rebeca Polina, Medica General del Hospital Universitario de Nuevo León, presentó hallazgos importantes sobre la evaluación del riesgo cardiovascular en pacientes con enfermedades reumáticas.
Su equipo ha identificado que las herramientas estándar, como la calculadora PREVENT (publicada en 2024), subestiman el peligro en estos pacientes, a pesar de que presentan placas carotídeas o disfunción diastólica subclínica.
¿La calculadora no es suficiente?
La Dra. Polina explicó: "Hemos encontrado que la calculadora PREVENT, en esta población en particular, no es suficiente para estimar correctamente el riesgo cardiovascular. Los clasifica en un riesgo bajo cuando ya tienen placa carotídea o datos de disfunción diastólica subclínica".
Esto se debe a que esta calculadora no incluye parámetros específicos de enfermedades reumáticas, donde la inflamación crónica eleva el riesgo cardiovascular.
Aunque las guías clínicas (como las de la European Society of Cardiology) recomiendan manejar estos casos como población general, la Dra. Polina recalcó: "Diversas calculadoras, no únicamente PREVENT, han sido insuficientes para clasificar correctamente este riesgo".
Imágenes y laboratorio: clave para un diagnóstico preciso
Frente a esta limitación, la Clínica Cardio-Reuma del Hospital Universitario de Nuevo León implementó un protocolo más riguroso:
- Ecocardiogramas y ultrasonido carotídeo para detectar daño vascular subclínico.
- Perfiles de laboratorio que incluyen química sanguínea, biometría hemática y lípidos, adaptados a cada enfermedad (artritis reumatoide, lupus, espondiloartritis).
"Pasamos directamente a los estudios de imagen que son el ecocardiograma y el ultrasonido carotídeo, además de estudios en laboratorio de tamizaje de rutina porque no podemos confiar solo en las calculadoras", afirmó la Dra. Polina.
"En la clínica de Cardio-Reuma actualmente vemos pacientes con artritis reumatoide, artritis psoriásica y lupus". Cada una de estas condiciones tiene sus características distintas, por eso es importante medirlas y combinarlas entonces con estas herramientas ya existentes.
Enfermedades reumáticas: un riesgo oculto
La inflamación persistente en estas condiciones acelera la aterosclerosis, pero las herramientas actuales no lo reflejan. "El riesgo más grande es que la inflamación inherente a estos pacientes todavía no se puede medir adecuadamente", advirtió la especialista.
El equipo busca validar un nuevo modelo de evaluación que combine imágenes, marcadores inflamatorios y datos clínicos específicos. "Necesitamos herramientas que capturen el riesgo real en estos pacientes", concluyó la Dra. Polina.