La Academia Americana de Psiquiatría y la Academia Americana de Pediatría alertaron de una crisis de salud mental en niños y adolescentes tras la pandemia.
Por: María Camila Sánchez
En los últimos tiempos, ha aumentado considerablemente la visibilidad del persistente rechazo que enfrenta la comunidad LGTBI en su vida cotidiana, destacando especialmente la población transgénero. A pesar de los avances sociales, aún persiste un notorio rechazo social hacia aquellos que se identifican con el género opuesto.
Esto, sin duda alguna, incrementa el riesgo de que esta población pueda experimentar síntomas propios de la depresión o ansiedad, como el aislamiento, baja autoestima e, incluso, considerar el suicidio como una solución.
Dicho esto, la Dra. Karen Martínez, directora de Psiquiatría del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, aseguró que, de hecho, esta población tiene un riesgo mucho más alto de recurrir al suicidio que la población general.
"Las poblaciones que que tienen algún tipo de problemática con su género o algún nivel de disconfort con su género se ha descrito que pueden tener hasta cinco veces más riesgo de suicidio".
Vea el programa completo aquí.
Lo cierto es que estos casos se presentan con una preocupante frecuencia en la población joven, llegando incluso a afectar a adolescentes y niños. Ahora bien, este no es el único motivo por el cual se siguen presentando casos de muerte por suicidio en la población pediátrica, muchos factores son detonantes de esta problemática que pareció aumentar con la llegada de la pandemia hace más de 3 años.
"Tenemos que recordar que los jóvenes fueron los que más tiempo estuvieron sin ir a la escuela por la pandemia y llevamos más o menos año y medio o dos años desde que ellos volvieron a su rutina pero no necesariamente estuvieron listos para volver a interaccionar como adolescentes porque tuvieron esos dos años de pausa en su desarrollo".
Por ello la especialista en salud mental sugiere que, como adultos, se debe tomar conciencia de que actualmente la población joven tiene niveles de estrés más altos, más preocupaciones y, por ende, indicios de condiciones de salud mental asociadas al suicidio o conductas de alto riesgo, como la actual ola de violencia que atraviesa Puerto Rico.
Crisis de salud mental en Estados Unidos y Puerto Rico
Ante el aumento de las consultas a psicología y psiquiatría por el incremento de los casos de ansiedad y depresión en los últimos años. Por ello, la Academia Americana de Pediatría y la Academia Americana de Psiquiatría para niños y adolescentes ha trabajado en conjunto para brindar un mejor servicio a los pacientes.
"Muchos de esos casos a quienes les llega es a los pediatras, y ellos no saben qué hacer. Hemos estado trabajando en cómo adiestrar a los pediatras a tener más herramientas para identificar la depresión, la ansiedad y las conductas de alto riesgo que vemos en los adolescentes, porque continúa siendo algo crítico, algo que nos preocupa", expresó.
Del mismo modo, explicó que alertaron de una crisis de salud mental en niños y adolescentes.
"Hubo un reporte que salió hace poco acerca de cómo la exposición a las redes sociales ha tenido un efecto negativo sobre la salud mental de nuestros jóvenes. La pandemia y todo lo que ha pasado en Puerto Rico es importante, pero también ya de por sí, habían otros factores".
Nuevas tecnologías y el impacto de las mismas en la salud mental
El poco control que hay sobre la información a la que pueden acceder los jóvenes a través de un teléfono celular, también puede generar un panorama negativo y desesperanzador frente a la situación de conflicto que atraviesan varios países del mundo, el cambio climático, entre otros.
Por otro lado, la implementación de propósitos violentos en videojuegos, películas y series también pueden repercutir en conductas inapropiadas y una alteración en lo que perciben como el daño a otros y la muerte.
"Se entiende que, más o menos hasta los 10 años, es difícil poder decir que un niño tiene la capacidad para entender que la muerte es final y firme. Después de los 10 años, empiezan a adquirir ese conocimiento y ya en la adolescencia está bien claro y pueden entender lo que es suicidio".
Ahora bien, cuando se presenta el fallecimiento de un niño por suicidio, es dificil hablar de un trastorno mental distinto al déficit de atención, una afección caracterizada por una personalidad impulsiva.
"Hay que ver si es efecto fue un suicidio a veces pueden ser accidentes", señaló. "Por ejemplo en niños pequeños menores de 12 años usualmente los suicidios son a causa de impulsividad Así que los diagnósticos más comunes que vemos en niños pequeños que se han tratado de suicidar es déficit de atención, no es depresión".