Hablar del riesgo autolesivo es fundamental: lejos de promoverlo, permite abrir una puerta a la esperanza, reducir el estigma y entenderlo como un fenómeno multifactorial relacionado con factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales.
Por: Katherine Ardila
El suicidio es considerado una de las principales causas de muerte evitable, con aproximadamente 700,000 personas fallecidas por esta causa cada año, según la Organización Mundial de la Salud.
Ahora bien, en Puerto Rico, se han registrado 7,029 suicidios desde el año 2000, con una tasa cruda promedio de 8.0 por cada 100,000 habitantes, según datos del Departamento de Salud. Estos números, sin embargo, ocultan el impacto real del fenómeno, pues por cada muerte por suicidio se estiman intentos previos, tiempos con desesperanza, aislamiento y demás situaciones que trae consigo el tener ideaciones de autolesionarse.
Por eso, en el marco de la conmemoración del Día mundial para la Prevención del Suicidio, se hace importante y mas que necesario, detener la marcha cotidiana para conversar sobre este tema que, si bien está rodeado de silencio y tabú, requiere de un abordaje franco y urgente.
El doctor Ángel Alemán, psicólogo clínico y neuropsicólogo en rehabilitación, en medio de una sección de la Revista Medicina y Salud Pública, llamada conectate con tu especialista, hizo un llamado a quienes lo escuchaban: "Este día nos convoca a detenernos un poco, reflexionar y hablar abiertamente de un tema que, aunque doloroso y muchas veces rodeado de silencio, es urgente y vital".
Efectivamente, la prevención del suicidio trasciende las fronteras, pues "en Puerto Rico y en el mundo, miles de familias enfrentan el vacío y el impacto emocional que esto crea". Sin embargo, lejos de ser solamente un recordatorio triste, este día es sobre todo una oportunidad para reafirmar un mensaje: "el suicidio se puede prevenir y con educación, acompañamiento y acceso a los recursos adecuados. Podemos salvar vidas".
Desmitificando el suicidio: Un fenómeno multifactorialUno de los obstáculos en la prevención ha sido el estigma y la desinformación que han rodeado al acto autolesivo. "Hablar de suicidio no es promoverlo, es abrir una puerta a la esperanza", asegura el psicólogo.
Al hablarlo, se busca comprender que, desde "la ciencia, la psicología clínica, la psiquiatría y la neurociencia, se demuestra que el suicidio no es una decisión libre y fría sino un fenómeno complejo que interactúa con factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales".
En esencia, se origina a partir de "un dolor psíquico intenso acompañado de desesperanza y una sensación de que no hay salida, lo cual distorsiona la percepción de alternativas y aumenta la vulnerabilidad del individuo".
La responsabilidad de la prevención, por consiguiente, no recae únicamente en el individuo que sufre, sino que es una labor que incluye a toda la comunidad.
"Este día nos recuerda que todas las personas tenemos un rol en la prevención, no solo es responsabilidad de los profesionales de la salud mental o física, las familias, las escuelas o las comunidades de fe, los medios de comunicación y la sociedad en general, somos todos piezas claves".
Estas palabras tienen gran peso en la isla, donde, según señaló el experto, "nuestros datos reflejan que la mayoría de las muertes por suicidios ocurren en hombres adultos y que las crisis sociales económicas y los desastres naturales han agudizado la necesidad de hablar y atender la salud mental con la misma seriedad que atendemos la salud física".
Identificando las señales: ¿Cuál es la diferencia entre Crisis y un trastorno mental?Una parte importante de la prevención radica en la detección temprana, lo que implica saber distinguir entre una crisis emocional pasajera y un trastorno mental establecido.
Al respecto, el neuropsicólogo explicó: "Una crisis emocional es como una tormenta, intensa, ruidosa, pero pasajera". Este tipo de crisis, mencionó, se activa "usualmente por un evento claro, una ruptura de noviazgo, una pérdida de trabajo, conflicto familiar, un desastre natural" y aunque son dolorosas, "la persona puede estabilizarse con apoyo emocional".
Por otro lado, aclaró que "un trastorno mental es más como un clima que se mantiene", caracterizado por "síntomas persistentes, semanas o meses de alteraciones en el estado de ánimo, en la ansiedad, en la conducta o en la cognición, normalmente que deterioran el día a día y no se resuelven solos".
"Una crisis emocional puede ser el primer escalón hacia un trastorno si no se atiende", advirtió.
¿Cómo responder ante el riesgo inminente de autolesión?Frente a la inquietud de cómo actuar si se identifica a una persona en riesgo, el Dr. Alemán comentó que el primer paso, y quizás el más importante, es abordar el tema de frente: "Lo más importante en ese caso es hablar claro y directo. Preguntar, ¿estás pensando en hacerte daño?". Para disipar cualquier duda, recalcó que "la evidencia es contundente. Preguntar no siembra la idea. Al contrario, abre la puerta a la esperanza".
Además de este acercamiento compasivo pero directo, es necesario proporcionar contención inmediata: "No dejar solo a la persona, esto es vital. El acompañamiento inmediato reduce el riesgo de impulsividad".
Asimismo, se deben tomar medidas prácticas para garantizar la seguridad: "Reducir acceso a medios letales. Retiramos armas, medicamentos, cuchillos, sustancias". Finalmente, el paso definitivo es conectar a la persona con ayuda profesional, utilizando recursos como "La línea PAS disponible 24-7, confidencial y gratis en Puerto Rico 1-800-981-0023" o el 988.
"El dolor emocional no es para siempre. Se siente eterno en la crisis, pero el cerebro y la mente tienen capacidad de regularse y sanar. Cuando reciben apoyo. Pedir ayuda funciona", concluye el experto.
"Si hoy te duele, no estás solo, no estás sola. Tu vida importa. Llama, habla y busca apoyo”.