Según estudio, análisis estadísticos dejaron en evidencia la relación entre la falta de seguimiento médico y la persistencia de ideas suicidas, con un valor p de 0.03 que confirma la necesidad de poder realizar intervenciones oportunas.
Por: Katherine Ardila
El suicidio representa una de las crisis de salud pública más apremiantes en Puerto Rico.
Según los datos presentados por la estudiante Ana Agosto, "desde el año 2000 hasta enero de 2025 se han registrado 7,148 suicidios" en la isla, lo que equivale a un promedio alarmante de 289 muertes anuales.
"Esta situación está directamente vinculada a la depresión", menciona agosto, un trastorno que frecuentemente pasa desapercibido. Su investigación se basó en analizar la relación entre los módulos de depresión del cuestionario PHQ-9 y el riesgo suicida, con especial énfasis en la pregunta 9 que evalúa específicamente pensamientos de muerte y autolesión.
El PHQ-9 como herramienta clave
El estudio partió de una revisión de literatura que demostró la efectividad del PHQ-9 como instrumento de tamizaje.
Investigaciones como la de Saldívar (2019) validaron su uso en contextos de atención primaria en poblaciones latinas, mientras que Simon (2013) demostró que la pregunta 9 tiene un valor predictivo significativo para intentos suicidas futuros.
A grandes rasgos, no es solo un cuestionario; es una alerta temprana. Personas con respuestas positivas en este ítem tienen mayor riesgo, especialmente si no reciben tratamiento.
Así lo asegura Agosto, "Simon, en el 2013, demostró que las respuestas del PHQ-9, en específico la pregunta 9, podía predecir estos intentos suicidas o muertes por suicidio en el futuro". De la misma forma, la investigadora mencionó que algunos estudios recientes, han utilizado inteligencia artificial para confirmar la importancia de esta pregunta específica, resaltando que en poblaciones vulnerables como la puertorriqueña, afectada por fenómenos climáticos impactantes y crisis económicas, la detección temprana se vuelve aún más relevante.
Imagen grafica del cuestionario PHQ-9:
Tomada de: National HIV curriculum
Resultados preocupantes en la práctica clínica
El estudio analizó datos de 244 pacientes adultos de una clínica comunitaria en Puerto Rico, encontrando que "el 7.4% de los pacientes reportaron pensamiento suicida y solo un 1.6% recibió seguimiento médico".
Estas estadísticas se comparan con la alta prevalencia de otros diagnósticos: "Un 93% con depresión, un 97.1% con ansiedad". Para esto la investigadora señaló que "la alta proporción recibió tratamiento, pero poco seguimiento tras reportar el riesgo", evidenciando una grave falla en el sistema.
Los análisis estadísticos dejaron en evidencia la relación entre la falta de seguimiento médico y la persistencia de ideas suicidas, con un valor p de 0.03 que confirma la necesidad de poder realizar intervenciones oportunas.
Barreras y oportunidades en el sistema de saludAhora bien, la investigación identificó varias limitaciones en la forma en que se aborda la salud mental en Puerto Rico.
A pesar de que la mayoría de los pacientes fueron referidos a psicología (95.9%), la falta de seguimiento sistemático y las barreras en el acceso a servicios especializados también obstaculizan los seguimientos y diagnósticos tempranos.
En palabras de la estudiante e investigadora: "No se observó una relación entre la ideación suicida, el sexo, la educación o enfermedades, pero sí una relación significativa con el seguimiento médico".
Esto lleva a una conclusión clara: "Sí hay relación con ese seguimiento médico. Esto nos confirma que quienes sí recibieron atención médica luego de expresar esa ideación suicida, mostraron un cambio importante, de allí viene la oportunidad de la prevención", argumenta agosto.
Recomendaciones para un cambio sistémico
Frente a estos hallazgos, el estudio plantea recomendaciones concretas para mejorar la prevención del suicidio.
"Implementar el PQH 9 en atención primaria y en hospitales, capacitar profesionales para actuar ante la respuesta positiva, incluir seguimiento obligatorio, educar a la comunidad sobre la salud mental y la prevención".
La investigadora señaló: "La detección temprana salva vidas, por eso el sistema debe tener mecanismos para responder y no dejar a nadie solo en este proceso", concluyó.