La crisis no se manifiesta solo como tristeza o depresión clásica, sino a través de irritabilidad, impulsividad, explosiones de ira e intentos autolesivos.
Por: Katherine Ardila
Las alarmas están encendidas en el sistema de salud mental de Puerto Rico, pues psiquiatras e instituciones reportan un incremento en la atención de adolescentes con crisis psicológicas severas.
Por eso, para entender las dimensiones y causas de esta crisis, el Dr. William Lugo, psiquiatra y director médico del Hospital San Juan de Capestrano, analiza los datos de su institución y hace un llamado apremiante a la prevención.
Un aumento significativo"Sí, el número de casos en hospitalizaciones de adolescentes ha aumentado significativamente en lo que va de año cuando lo comparamos con años anteriores", afirmó el Dr. Lugo.
Además, añadió que: "A esta fecha tenemos aproximadamente 200 hospitalizaciones más de lo que habíamos tenido el año pasado. Esto es un incremento significativo cuando nosotros vemos la data y tratamos de ver qué es lo que está ocurriendo y pasando".
Este repunte se concentra en adolescentes de 13 a 17 años. Los diagnósticos más frecuentes que conducen a la hospitalización son depresión mayor, intentos suicidas, trastornos intermitentes explosivos y, en un número considerable de casos, trastornos psicóticos inducidos por sustancias.
Tras estos diagnósticos, el Dr. Lugo observa patrones comunes: una pobre tolerancia a la frustración, dificultades para regular las emociones y conflictos relacionados con la aceptación y la identidad, incluidos aquellos vinculados al género.
Menos intentos de autolesionarse consumadosUno de los hallazgos más complejos es la aparente contradicción entre las estadísticas oficiales y la realidad clínica. Mientras las cifras poblacionales muestran un descenso en la tasa de suicidios consumados, los servicios de emergencia psiquiátrica registran un ascenso sostenido de intentos.
Al explicarlo, el Dr. Lugo detalló la metodología clínica: "Estamos viendo la estadística del suicidio completado, no de los intentos. Obviamente cuando yo tengo un paciente de frente y el paciente me dice, doctor yo intenté quitarme la vida, pues yo voy a dar por cierto esa información".
Este incremento, según el experto, es multicausal. "Como todo dentro de la medicina es multifactorial, hay factores personales, sociales, financieros que llevan a estos adolescentes a tomar esta determinación y obviamente caer en lo que sería una hospitalización psiquiátrica", analizó.
Trastorno explosivo intermitenteMás allá de la depresión y la ansiedad, los profesionales diagnostican con mayor frecuencia trastornos marcados por la impulsividad y la agresividad.
"El trastorno explosivo intermitente es una disregulación de las emociones en donde ocurre en situaciones que no pueden regular sus emociones de una manera adecuada y termina con actos violentos o con actos impulsivos y explosivos", definió.
Las causas pueden ser diversas, desde estilos de crianza hasta historias de abuso o condiciones neurodesarrollales.
Es crucial comprender, advirtió el psiquiatra, que en la adolescencia la depresión puede tener una presentación atípica. "En los adolescentes la depresión se puede presentar completamente lo opuesto, voy a estar irritable, voy a estar molesto, porque todavía ellos están aprendiendo en este proceso de regulación, de cómo yo regular mis emociones y cómo yo poder expresarlas", aclaró.
Estas explosiones de violencia se dirigen principalmente hacia ellos mismos o hacia su entorno inmediato.
Factores contextuales: cannabis, rechazo social e hiperconexiónAsimismo, el análisis del Dr. Lugo identificó varios factores ambientales que exacerban la vulnerabilidad adolescente.
Sobre el consumo de cannabis, cuya percepción de inocuidad es errónea, aseguró: "No, no es inofensivo por más que sea ´natural´". Además, añadió que: "También tenemos casos de adolescentes y adultos con un historial familiar bastante extenso de trastornos psicóticos y usualmente el cannabis activa estos genes y manifiestan la condición que a lo mejor nunca les iba a afectar".
Además, el experto desmontó la idea de que los jóvenes están aislados de las tensiones sociales. Por el contrario, están hiperconectados y conscientes de la realidad.
"Ellos están conectados con todo lo que ocurre, la mayoría de los adolescentes ahora mismo tienen redes sociales, tienen acceso a las mismas, están conscientes de todo esto", afirmó.
A esto se suma la influencia de contenidos culturales que normalizan conductas de riesgo. "Ellos son esponjas y ellos están absorbiendo de todos lados y obviamente donde quiera que haya algo negativo o no productivo pues los va a afectar", concluyó.
Responsabilidad e intervención tempranaPor eso, "el consejo principal que queremos traer aquí en el Hospital Capestrano es ser responsable con nuestros hijos y si vemos que algo no está bien, llevarlos a buscar ayuda", declaró.
"Así como vamos al hospital físico cuando tenemos cierto tipo de dolor, debemos hacerlo también, con la parte de salud mental". Su exhortación final asegura que la vigilancia amorosa y la búsqueda de ayuda profesional a tiempo son actos fundamentales de cuidado, necesarios para que los jóvenes naveguen los desafíos de hoy.