Este caso ilustra una complicación vascular poco frecuente pero potencialmente grave de la cirugía ortopédica de cadera.
Por: Laura Guio
Una paciente de 50 años sin antecedentes médicos relevantes había sido sometida previamente a una artroplastia total de cadera derecha por displasia congénita.
Tras seis años de evolución, presentó dislocaciones recurrentes que motivaron una cirugía de revisión. El procedimiento quirúrgico transcurrió sin incidencias aparentes durante el acto operatorio.
Durante su estancia en el centro de rehabilitación, aproximadamente dos semanas después de la intervención, la paciente comenzó a experimentar dolor intenso y progresivo en la región inguinal derecha.
El dolor no cedía con la analgesia convencional y generaba preocupación tanto en la paciente como en el equipo médico.
Evaluación diagnóstica
La evaluación clínica inicial mostró exámenes neurológicos y vasculares normales. Las radiografías simples confirmaron un posicionamiento adecuado de los componentes protésicos sin evidencia de complicaciones mecánicas. La consulta con el equipo de ortopedia descartó causas musculoesqueléticas del dolor.
Ante la persistencia de los síntomas y la ausencia de hallazgos ortopédicos, se decidió ampliar el estudio con técnicas de imagen vascular.
La ecografía dúplex reveló un pequeño pseudoaneurisma originado en la arteria femoral profunda, identificado por el característico patrón "ying-yang" en el estudio con Doppler color y flujos bidireccionales en el análisis espectral. No se observaron signos de tromboembolismo venoso asociado.
Se intentó inicialmente un tratamiento conservador mediante compresión guiada por ultrasonido, procedimiento que resultó infructuoso.
La tomografía computarizada posterior precisó las características de la lesión: un pseudoaneurisma de 14 × 22 mm que se originaba específicamente en una rama perforante distal de la arteria femoral profunda derecha.
Tratamiento endovascularDado que no se disponía de trombina para inyección percutánea guiada por ultrasonido, se optó por el abordaje endovascular como tratamiento definitivo.
Se realizó una arteriografía mediante acceso retrógrado por la arteria femoral izquierda, confirmando la presencia y características del pseudoaneurisma.
El procedimiento terapéutico consistió en el cateterismo selectivo de la rama perforante comprometida utilizando un microcatéter especializado. Se logró la embolización exitosa mediante la colocación estratégica de bobinas de platino de 2 y 3 mm, posicionadas tanto distal como proximalmente al cuello del pseudoaneurisma. La angiografía de control inmediata demostró la exclusión completa de la lesión, sin evidencia de flujo residual hacia el saco aneurismático.
Evolución clínicaLa paciente experimentó una mejoría gradual de su sintomatología en los días siguientes al procedimiento. En el control ambulatorio realizado seis semanas después, la paciente se encontraba completamente asintomática, sin dolor, claudicación ni edema en la extremidad tratada.
Los estudios de imagen realizados durante un seguimiento de seis meses no mostraron recurrencia de la lesión vascular ni complicaciones relacionadas con el tratamiento.
DiscusiónLas lesiones vasculares constituyen una complicación infrecuente de la cirugía de cadera, con una incidencia reportada de aproximadamente 0,2-0,3% en procedimientos primarios, que aumenta hasta 0,19% en cirugías de revisión.
El pseudoaneurisma de la arteria femoral profunda representa una manifestación particularmente rara debido a la ubicación anatómica profunda de este vaso.
En este caso particular, de acuerdo a Sami Nabhani et al., la ausencia de trauma quirúrgico directo, protrusión de cemento o contacto con elementos protésicos sugiere que el mecanismo lesional fue la manipulación y movilización articular durante la cirugía de revisión, lo que pudo ocasionar un desgarro vascular indirecto.
La presentación clínica con dolor inguinal inespecífico dos semanas después de la cirugía, en ausencia de masa pulsátil evidente, subraya la importancia de mantener un alto índice de sospecha ante síntomas persistentes post-operatorios.
El abordaje endovascular mediante embolización selectiva con bobinas demostró ser una alternativa efectiva y menos invasiva que la reparación quirúrgica abierta, especialmente considerando la difícil accesibilidad anatómica de la arteria femoral profunda en el compartimento muscular del muslo. Esta técnica permitió resolver exitosamente la complicación con mínima morbilidad para la paciente y una recuperación rápida.