Evitar una infección en un reemplazo articular implica intervenir en distintos momentos: antes, durante y después de la cirugía de la mano de un equipo multidisciplinario.

Por: Katherine Ardila

En el panorama actual de la salud en Colombia, donde las enfermedades degenerativas articulares muestran un incremento debido al envejecimiento poblacional y cambios en los estilos de vida, los reemplazos articulares se han mostrado como una solución que restaura la movilidad y apoya el camino hacia una buena calidad de vida. 

De hecho, según el American College of Rheumatology, en Estados Unidos se realizan cada año alrededor de 790.000 reemplazos totales de rodilla y 544.000 reemplazos de cadera. Este número continúa creciendo a medida que la población envejece.

Bajo este panorama, la institución colombiana, Fundación Santa Fe de Bogotá, fue reconocida internacionalmente por sus bajas tasas de infección y enfoque multidisciplinario en reemplazos de cadera, rodilla y hombro.

El creciente impacto de las enfermedades articulares

El incremento en la esperanza de vida y los cambios en la actividad física de la población colombiana han llevado a un evidente aumento en los casos de artrosis y otras patologías articulares degenerativas. 

El Dr. Jorge Rojas, jefe de Ortopedia y cirujano de hombro y codo de la Fundación Santa Fe de Bogotá, explicó que, aunque Colombia carece de un registro nacional exacto, "se estima que se realizan entre 8,000 y 10,000 reemplazos articulares al año". 

Ahora bien, el experto menciona que "la causa más frecuente es la artrosis degenerativa, pero también influyen enfermedades autoinmunes – aunque no son muy frecuentes –  fracturas mal consolidadas o secuelas de displasia de cadera en niños".

Bajas tasas de infecciones postoperatorias

Antes de considerar cualquier intervención quirúrgica, los pacientes deben pasar por una minuciosa valoración multidisciplinaria que incluye no solo aspectos ortopédicos, sino nutricionales, cardiovasculares y psicológicos. 

Este proceso garantiza que cada paciente reciba un tratamiento personalizado según sus necesidades específicas. "La infección en un reemplazo articular, es un evento que está influenciado por múltiples factores. Estos se deben abordar tanto en la preparación de la cirugía, como en la intervención y en el post-operatorio".  

Es decir que una recuperación exitosa, comienza con una preparación integral y un abordaje multidisciplinario que permite personalizar la intervención según las necesidades específicas de cada paciente. 

No se trata únicamente de administrar un medicamento o seguir un paso aislado, sino de considerar factores clave como el estado nutricional del paciente, la aplicación rigurosa de protocolos de esterilización y la coordinación precisa en la administración de antibióticos.

El postoperatorio en estos casos requiere un enfoque especializado. "Las cirugías ortopédicas son cirugías que si no se manejan bien, pueden ser dolorosas", reconoce el Dr. Rojas. 

Por eso, es necesario desarrollar protocolos específicos para cada perfil de paciente : "Si usted sufre fibromialgia, por ejemplo, sabemos que el manejo de dolor suyo es diferente que el de cualquier otro paciente".

Esta personalización va desde analgesia multimodal hasta bloqueos anestésicos diseñados para permitir la movilización temprana: "Realizamos estos procedimientos para que nuestro paciente retorne a la funcionalidad lo antes posible... una cirugía de este tipo no es satisfactoria si no logramos sentar y caminar al paciente al otro día".

Un llamado a no normalizar el dolor articular

Frente al temor que muchas personas sienten ante estas intervenciones, el mensaje final del cirujano es: "No deben resignarse a vivir con dolor,  es normal que sientan miedo por una intervención grande ... Pero son cirugías que devuelven movilidad, que devuelven funcionalidad y que devuelven calidad de vida, que es lo importante".

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