Para cuando se presentó el hallazgo del adenocarcinoma de esófago, la enfermedad ya se encontraba en etapa avanzada.
Por: Laura Guio
Los vómitos negros también pueden ser ocasionados por cáncer de estómago o de esófago que, en estadios avanzados, causan sangrados gastrointestinales. En algunos pacientes, este síntoma puede estar acompañado de otros signos como dolor en el pecho, pérdida de peso involuntaria, tos crónica, ronquera, entre otros.
Sin embargo, estos episodios también se pueden atribuir a pequeños sangrados o hemorragias en el tracto gastrointestinal, siendo el resultado de, por ejemplo, la gastritis, la enfermedad de Crohn, la fiebre amarilla, várices esofágicas e, incluso, efecto secundario de algunos medicamentos.
A propósito de un caso clínico
Dicho esto, en julio de 2020, un hombre de 41 años acudió al Hospital con síntomas preocupantes: vómitos constantes de color negro y malestar general.
La situación llevó a los médicos a realizarle una gastroscopia, que, inicialmente, reveló una esofagitis por reflujo de grado D, una afección común que afecta la mucosa del esófago. Los médicos le aseguraron que no había razones para preocuparse, diagnosticando una lesión benigna que se trataría fácilmente.
A pesar de este diagnóstico, durante los meses siguientes, el paciente continuó presentando síntomas severos. A lo largo de este tiempo, la familia del hombre insistió en varias ocasiones en la necesidad de exámenes adicionales, pero las visitas a urgencias fueron respondidas con la misma afirmación: ´es solo una afección común´.
El diagnóstico tardío: Un cáncer en etapa avanzada
A principios del año siguiente, después de que el paciente insistiera debido a que seguía presentando los mismos síntomas sin ninguna mejoría, incluso visitaba en repetidas ocasiones la sala de urgencias.
Tras la insistencia, un equipo médico decidió investigar a fondo su caso, realizaron nuevas pruebas endoscópicas, los médicos descubrieron que el hombre sufría de un adenocarcinoma de esófago, un tipo de cáncer que se origina en las células glandulares del esófago.
Sin embargo, para ese momento, el cáncer ya se encontraba en una etapa avanzada y desafortunadamente, había hecho metástasis a otras partes del cuerpo, lo que dejaba poco margen para cualquier tratamiento efectivo.
El retraso en el diagnóstico fue determinante: la enfermedad había avanzado rápidamente, volviéndola inoperable. En cuestión de meses, la salud del paciente se deterioró y, finalmente, falleció.
La denuncia por mala praxis médica
Ante la tragedia, la familia decidió recurrir a la Asociación El Defensor del Paciente, que asumió su caso legalmente.
La organización alegó que hubo una clara negligencia médica en el manejo del paciente, ya que no se le realizaron los exámenes de seguimiento necesarios, a pesar de que los protocolos establecidos exigían que se repitieran las pruebas a los tres meses de la primera gastroscopia.
El juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Albacete determinó que la tardanza en el diagnóstico y la falta de acción por parte del personal médico influyeron directamente en la evolución de la enfermedad, impidiendo que el cáncer fuera tratado a tiempo.
El fallo judicial reconoció que la negligencia médica causó un daño antijurídico a la familia, lo que resultó en la condena del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha.
Indemnización y reconocimiento judicial
El juez dictó una sentencia que obliga al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha a indemnizar a la familia del fallecido con 116.845 euros por los daños causados debido a la mala praxis médica.
La familia, aunque satisfecha con la compensación, sigue luchando por que se reconozca públicamente la responsabilidad de las autoridades sanitarias en este caso.
Fuente consultada aquí, aquí y aquí.