El objetivo de la detección temprana de las enfermedades es poder iniciar con el tratamiento para evitar cuadros clínicos severos.
Por: María Camila Sánchez
Desde hace algunos años se ha venido implementando la radiología diagnóstica intervencionista mediante la cual se pretende identificar y tratar las anomalías descubiertas en el área pectoral.
Este procedimiento se ha practicado durante más de cien años, y ha contribuido a la detección de enfermedades inflamatorias del pecho como la tuberculosis y a identificar lesiones tumorales en los pulmones.
Según el doctor Manuel Pérez González del hospital Pavia -Santurce, en entrevista para la Revista de Medicina y Salud Pública, asegura que “la radiología intervencionista ha supuesto un paso hacia adelante en el que, una vez que se demuestra la anormalidad en una radiografía convencional, CT u otros estudios, podemos intervenir el paciente realizando la biopsia de diagnóstico y participando en el manejo".
A diferencia de procedimientos como la radiología convencional y las tomografías, la radiología intervencionista utiliza las imágenes obtenidas en tiempo real como guía, para iniciar la extracción de la tumoración y así realizar los análisis correspondientes.
Pérez asegura que inicialmente, los tumores pulmonares se manifiestan como una masa sin calcificación que pueden aparecer en la imagen como nódulos pequeños a los cuales se les realiza un seguimiento específico durante un tiempo determinado, y si no presenta cambios en el tamaño en al menos 2 años, se suspende este seguimiento al descartarse como tumor maligno.
Afortunadamente, el nivel de radiación que se maneja en el procedimiento es relativamente bajo, razón por la cual no supone un riesgo inminente para los pacientes, al contrario: la detección temprana del cáncer de pulmón permite que el tratamiento sea más efectivo en comparación de un paciente cuya enfermedad ya ha alcanzado un estadio mayor.
El doctor Pérez asegura que los riesgos de morir durante la intervención son muy bajos, sin embargo, el porcentaje no es cero; depende de la condición de salud general del paciente y de la afección que padezca. Resalta, también, que cada intervención que se realiza ha pasado primero por un estudio sobre los riesgos y beneficios que puede significar el procedimiento para el paciente. “Si el beneficio es mucho mayor que el riesgo, la mortalidad de los procedimientos va a ser siempre baja”.
Vea la entrevista completa aquí: