Esta investigación podría brindar alternativas terapéuticas efectivas a pacientes con enfermedades pulmonares
Por: María Camila Sánchez
Al parecer, estas células, llamadas “RAS”, estarían escondidas dentro de los conductos pulmonares ramificados pues, según la publicación de los científicos que encabezan este descubrimiento, “las ramas distales de las vías respiratorias se entrelazan con el nicho de intercambio de gases alveolar, formando una estructura anatómica conocida como bronquiolos respiratorios”.
Estos elementos se encuentran presentes en los bronquiolos, y son capaces de reparar las células de los alvéolos (Concavidad en la que se realiza el intercambio de oxígeno con la sangre) y transformarlas en unas nuevas, ya que actúan de manera similar a las células madre.
Asimismo, a través de la difusión mediática de este descubrimiento, los mismos científicos afirmaron que estas células, de hecho, cumplen con un papel importante en la regulación y el buen funcionamiento del sistema respiratorio. Resaltaron, también que este descubrimiento puede ser de gran utilidad para el desarrollo y aplicación de tratamientos alternativos para las enfermedades y daños pulmonares asociados al consumo del tabaco.
Lo cierto, es que las investigaciones previamente realizadas en roedores tenían un factor limitante debido a las diferencias que existen entre el sistema respiratorio de estos animales, con el humano.
“Debido a la falta de un homólogo en el ratón, los mecanismos celulares y moleculares que gobiernan los bronquiolos respiratorios en el pulmón humano siguen sin estar caracterizados”, reconocieron en la publicación.
De este modo, y con la necesidad de solventar estos vacíos diferenciales, los científicos decidieron tomar muestras de tejido pulmonar humano en donantes santos; analizaron lo genes dentro de las células individuales y obtuvieron como resultado el descubrimiento de las células RAS
“Se sabe, desde hace algún tiempo, que las vías respiratorias del pulmón humano son diferentes a las del ratón [...] pero las tecnologías emergentes solo recientemente nos han permitido tomar muestras e identificar tipos de células únicas”, mencionó Edward Morrisey, profesor de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania.
Al parecer, y según los investigadores, estas células podrían ser de gran ayuda para el control sintomatológico de condiciones como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), ya que alivian las molestias al tiempo que brindan una posibilidad de reversión en los daños del tejido.
De hecho, según el profesor Morrisey, si los expertos aprovechan correctamente las propiedades regenerativas de las células, podríamos estar próximos a desarrollar potencialmente una cura para la EPOC. Sin embargo, todo este documento investigativo puede ser utilizado para el desarrollo de nuevos enfoques terapéuticos que mejoren la calidad de vida de los pacientes en mayor medida.
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