La joven inicialmente fue diagnosticada con anemia, pero en realidad padecía de algo mucho más grave.
Por: Mariana Mestizo Hernández
La debilidad, el cansancio y la falta de energía suelen estar asociados a distintos factores como el estrés, o incluso pueden llegar a ser importantes signos de algunas condiciones graves de salud.
Este fue el caso de Ikram Gacem, una joven de 18 años que durante su último año escolar, previo al ingreso a la universidad, bostezaba con bastante frecuencia y reportaba sentirse sin energía.
Y aunque no fuera la única persona que se sintiera fatigada, los niveles de debilidad y fatiga de Gacem eran más extremos que los del resto de sus compañeros.
"Todos los profesores me presionaban porque, de nuevo, los exámenes. No sólo era un momento estresante para todo el mundo como estudiante, sino que yo sentía que no me ponía al día con todo y siempre iba con retraso", dijo al medio británico Manchester Evening News.
Ikram visitó a su médico de confianza y su primer diagnóstico fue anemia a lo que se le podía atribuir el cansancio, pues sus glóbulos blancos estaban por debajo del nivel adecuado. "Pensamos que estamos cansados por los exámenes, pero si algo no es normal, hay que comprobarlo" precisó.
"Hablamos del tema del cáncer dos o tres semanas antes, cuando tenía las citas y los análisis de sangre y demás, y yo me burlaba y le decía a mi madre: 'Lo dudo, vamos, tengo 17-18 años. ¿Cáncer? No seas tonta".
Fue diagnosticada con Linfoma de Hodgkin
Pero resultó siendo premonitorio. El bulto no era solo un quiste, sino un linfoma de Hodgkin, un cáncer relativamente poco frecuente que se desarrolla en el sistema linfático.
De acuerdo con el portal Cancer.org, el tejido linfático se encuentra en muchas partes del cuerpo, de modo que el linfoma de Hodgkin puede originarse en casi todas las partes, pero las zonas más frecuentes son el tórax, el cuello o debajo de los brazos.
"Estaba muy asustada, no voy a mentir, y como acababa de cumplir 18 años nadie podía venir, así que mi madre esperó fuera de la sala de espera. Empecé a llorar inmediatamente (cuando lo dijo el médico de cabecera), creo que ni siquiera sabía cuál era el verdadero significado. Me derrumbé y luego me dijo que, obviamente, era cáncer. Me derrumbé aún más. No tenía palabras", contó al medio citado.
Esto sucedió en el 2020, durante los momentos más duros de la pandemia, Gacem estaba sola cuando recibió la dura noticia de que tenía cáncer. Ahora, con su cáncer superado y estudiando leyes en la universidad, envía un mensaje a los jóvenes a escuchar su cuerpo y no confiarse. "Pensamos que estamos cansados por los exámenes, pero si algo no es normal, hay que comprobarlo", expresó Gacem.
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