La gingivitis representa un problema común y subestimado que puede derivar en graves complicaciones si no se trata a tiempo.
Por: Laura Guio
Las enfermedades bucodentales representan, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de las mayores problemáticas de salud pública a nivel global.
Pese a ser en su mayoría prevenibles, afectan a cerca de 3.700 millones de personas, generando dolor, deformidades e incluso la muerte en casos extremos.
El informe sobre la carga mundial de morbilidad revela que la caries dental no tratada en dientes permanentes es el trastorno de salud más común del planeta. Sin embargo, la prevención y el tratamiento suelen ser costosos, y en los países de ingresos bajos y medios, el acceso a servicios odontológicos y productos de higiene es limitado.
¿Qué es la gingivitis?
La gingivitis es una enfermedad de las encías, que provoca irritación, enrojecimiento, hinchazón y sangrado del tejido gingival, que es la parte de la encía que se encuentra alrededor de la base de los dientes.
Entre los factores de riesgo modificables más comunes destacan el consumo de azúcar, el tabaco, el alcohol y una higiene bucal deficiente. En este contexto, la gingivitis surge como una de las afecciones más prevalentes y silenciosas, capaz de comprometer la salud oral y general.
Se trata de la fase inicial de la enfermedad periodontal, causada por la acumulación de placa bacteriana en los dientes y encías. Según The Conversation, entre el 50 % y el 100 % de los adultos y niños la padecen en algún momento de su vida, mientras que la Cleveland Clinic advierte que casi la mitad de los mayores de 30 años presenta alguna forma de trastorno gingival.
Síntomas que pueden pasar desapercibidosUno de los grandes desafíos de la gingivitis es su carácter silencioso. Los síntomas suelen ser leves y progresivos, lo que dificulta la detección temprana.
Entre los signos más comunes se encuentran:
Enrojecimiento e inflamación de las encías.
Sangrado al cepillarse o usar hilo dental.
Mal aliento persistente.
En etapas más avanzadas, puede aparecer retracción gingival, sensibilidad térmica y molestias al masticar. La ausencia de dolor inicial no debe interpretarse como falta de gravedad: ignorar estos signos puede derivar en periodontitis y pérdida dental.
Factores de riesgo y diagnósticoLas causas de la gingivitis van más allá de la falta de higiene. Los cambios hormonales (como en la pubertad, el embarazo o el uso de anticonceptivos), enfermedades como la diabetes o la leucemia, y el uso de medicamentos que disminuyen la producción de saliva aumentan el riesgo.
También pueden influir el estrés, el tabaquismo, la mala nutrición o la presencia de restauraciones dentales defectuosas.
El diagnóstico profesional incluye la observación de sangrado, inflamación y movilidad dental, y en casos de sospecha de daño óseo, se realizan radiografías dentales.
Tratamiento y prevenciónEl tratamiento de la gingivitis busca eliminar la infección y restaurar la salud de las encías. En fases tempranas, una buena técnica de cepillado y la limpieza profesional pueden revertir el proceso.
En casos más avanzados, los especialistas recurren al raspado y alisado radicular, que eliminan el sarro y suavizan las raíces para evitar la adhesión bacteriana. El uso de enjuagues antimicrobianos como la clorhexidina puede complementar la recuperación, aunque su uso prolongado debe ser controlado por el odontólogo.
Para prevenir recaídas, los expertos recomiendan:
Cepillarse los dientes al menos dos veces al día.
Usar hilo dental diariamente.
Limitar el consumo de azúcares, tabaco y alcohol.
Realizar controles odontológicos regulares.
Diversos estudios y entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Cleveland Clinic y la American Academy of Periodontology han identificado una relación entre las enfermedades periodontales y otras patologías sistémicas:
Mayor riesgo cardiovascular: La inflamación crónica y la entrada de bacterias al torrente sanguíneo pueden contribuir a la formación de placas ateroscleróticas, aumentando el riesgo de infarto o accidente cerebrovascular.
Complicaciones en la diabetes: La gingivitis y la periodontitis dificultan el control de la glucosa en sangre, y viceversa: los pacientes diabéticos son más propensos a desarrollar infecciones en las encías.
Parto prematuro o bajo peso al nacer: En mujeres embarazadas, las bacterias periodontales pueden inducir una respuesta inflamatoria que aumenta el riesgo de complicaciones obstétricas.