Los adultos sanos que presentaban pesadillas al menos una vez a la semana, tenían cuatro veces más de probabilidad de padecer deterioro cognitivo.
Por: Mariana Mestizo Hernández
Los malos sueños o pesadillas, son muy comunes en las noches, no obstante, investigaciones recientes han descubierto conexiones potencialmente preocupantes entre las pesadillas persistentes y la cognición futura. Estudios anteriores, han descubierto una asociación entre los problemas de sueño en la edad adulta, incluidas las pesadillas, y la aparición de enfermedades neurodegenerativas.
Un análisis reciente determinó una posible relación entre los sueños angustiosos durante la infancia y los problemas de salud cognitiva.
Estudios revelan la conexión de las pesadillas con la cognición
El objeto de estudio, fueron personas nacidas en Gran Bretaña durante una única semana de 1958, quienes se sometieron a algunos análisis a los 7 y 11 años, se solicitó a las madres que informaran si su hijo había tenido pesadillas o terrores nocturnos, en los últimos 3 meses.
Ahora bien, entre 6.991 niños el 78,2% nunca tuvo pesadillas, el 17,9% tuvo pesadillas ocasionales y el 3,8% tuvo pesadillas persistentes, a la edad de 50 años, 262 de los participantes desarrollaron deterioro cognitivo, además, 5 fueron diagnosticados con Parkinson.
(Vea también: Dar patadas o gritar durante el sueño puede ser un indicador temprano de párkinson: estudio)
De ahí que, después de obtener los resultados del análisis se concluyó que tener pesadillas con mayor frecuencia y persistencia durante la infancia se asoció "lineal y estadísticamente significativamente" con un mayor riesgo de desarrollar deterioro cognitivo o la enfermedad de Parkinson, tanto en hombres como en mujeres.
Por ende, aquellas personas que tuvieron pesadillas persistentes a comparación de las que nunca tuvieron, obtuvieron un 85% más de riesgo de deterioro cognitivo o enfermedad de Parkinson a la edad de 50 años.
¿Qué dicen las investigaciones recientes?
Por otro lado, los resultados de una reciente investigación demostraron que los adultos sanos de mediana edad que tenían pesadillas al menos una vez a la semana tenían cuatro veces más probabilidades de sufrir deterioro cognitivo en los próximos 10 años, mientras tanto, los adultos mayores con la misma frecuencia de pesadillas tenían el doble de probabilidades de ser diagnosticados de demencia, en comparación con sus compañeros que nunca tenían pesadillas.
En este estudio fueron analizados 605 adultos entre 35 y 64 años a los que se realizó un seguimiento de aproximadamente 13 años y 2600 adultos mayores de 79 años a los que se realizó un seguimiento de aproximadamente 7 años.
Tras obtener los resultados, se evidenció que una mayor frecuencia de pesadillas se asoció significativamente con un mayor riesgo de deterioro cognitivo en adultos de mediana edad, asimismo con un mayor riesgo de demencia en adultos mayores, que puede preceder al desarrollo de problemas de memoria y habilidades del pensamiento durante varios años, especialmente en los hombres.
(Le interesa: Pesadillas y sentimiento de culpa; algunos de los síntomas del trastorno de estrés postraumático)
¿Las pesadillas se pueden evitar?
Según el portal Mayo Clinic, existen varias formas para evitar malos sueños:
Fije una rutina regular y relajante para antes de irse a dormir: Es importante tener una rutina consistente para acostarse, realice actividades tranquilas y que lo calmen, como leer libros, resolver rompecabezas o tomar un baño tibio antes de irte a dormir, los ejercicios de meditación, respiración profunda o relajación también pueden ayudar, además, haga que el dormitorio sea cómodo y tranquilo para dormir.
Ofrezca tranquilizantes: Si su hijo tiene problemas con las pesadillas, mantenga la calma, sé paciente y tranquilízate, cuando su hijo se despierte de una pesadilla, reaccione rápido y tranquilícelo en su cama, esto puede prevenir futuras pesadillas.
Hablen sobre el sueño: Pídale a su hijo que describa la pesadilla. ¿Qué sucedió? ¿Quién estaba en el sueño? ¿Por qué le causaba miedo? Luego, recuérdele a su hijo que las pesadillas no son reales y que no resultará lastimado.
Controle el estrés: Si el estrés o la ansiedad son un problema, conversen sobre eso, un profesional de salud mental puede ayudar, si es necesario.
Por otra parte, existen otras técnicas como escuchar sonidos positivos mientras se duerme ya que puede ser una intervención significativa para quienes padecen un trastorno de pesadillas diagnosticado.
En conclusión, así la mayoría de las pesadillas sean inofensivas, hay que tener en cuenta aspectos relevantes con el trastorno de pesadillas para poder prevenir los factores de riesgo que la condición puede implicar.
Fuentes consultadas aquí y aquí.