La falta de sueño provoca daños en el aprendizaje y la memoria.
Por: Katherine Ardila
La falta de sueño no solo afecta el estado de ánimo y rendimiento diario, sino que también puede tener consecuencias perjudiciales para el cerebro, según revela un estudio reciente publicado en el Journal of Proteome Research de ACS. La investigación, llevada a cabo en ratones, destaca la relación entre la pérdida de sueño y el deterioro cognitivo, identificando la pleiotrofina (PTN) como una proteína clave cuyos niveles disminuyen con la falta de sueño, desencadenando la muerte neuronal.
Hipocampo y sus vulnerabilidades
El hipocampo, una región cerebral crucial para el aprendizaje y la memoria, sufre daños neurológicos en situaciones de privación de sueño prolongada, según indican diversos estudios. En este contexto, los científicos analizaron las proteínas del hipocampo de ratones privados de sueño y descubrieron la disminución de la PTN. Esta proteína, según el análisis de ARN, desencadena una vía molecular que conduce a la muerte de las células del hipocampo.
PTN y enfermedades neurodegenerativas
Además, estudios genéticos en humanos revelaron la implicación de la PTN en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Los investigadores sugieren que la PTN no solo actúa como un marcador del deterioro cognitivo asociado con la falta de sueño, sino que también proporciona un nuevo entendimiento sobre cómo el sueño protege la función cerebral.
Así pues, estos estudios, alertan sobre el riesgo de padecer enfermedades neurológicas, como el Alzheimer, debido a la falta crónica de sueño.
Impacto en la estructura cerebral
Los impactos en la cognición y la falta de sueño también podría afectar la estructura física del cerebro. Un estudio publicado en la revista Neurology demostraría que perder demasiadas horas de sueño reduciría el volumen de la materia gris en determinadas regiones cerebrales, aunque aún no se conoce si la mala calidad del sueño es una causa o una consecuencia de los cambios en la estructura del cerebro.
Medicación y estrategias graduales
En casos de insomnio persistente, que puede ser difícil de abordar de manera natural, la medicación puede ser necesaria para restablecer los ciclos de sueño. Una vez nuestro cerebro ha vuelto a aprender a dormir, la estrategia más indicada es intentar disminuir poco a poco las dosis de medicación.
Por último, dormir bien es indispensable para nuestra salud. Este estudio subraya la necesidad de priorizar el sueño como un componente esencial para el bienestar y la salud a largo plazo.