Cinco señales que alertan sobre cómo la cafeína está destrozando tu organismo

Pérdida de memoria, estrés o ansiedad pueden ser una señal sobre los estragos que está causando el abuso de este estimulante.

Por: Yolimarian Torres


La cafeína es la sustancia psicoactiva más consumida del mundo. En Estados Unidos, el 90 % de los adultos la consumen todos los días. En cuanto a los rankings en el consumo de café a nivel mundial, Finlandia lidera la lista desde hace años, con una media de 11,6 kilos de café al año.

Aunque se haya normalizado su uso, no hay que olvidar los efectos nocivos que tiene sobre el organismo de la persona que los consume. Investigadores de la Universidad de Basilea, Suiza, publicaron un estudio que desvela que su ingesta de forma regular puede cambiar la materia gris del cerebro de forma temporal.

Además, se tiene constancia de otros efectos, que pueden ser una señal de alerta de tu cuerpo para avisarte de que estás consumiendo más cafeína de la cuenta. Estas son algunas de ellas:

Impacto sobre la memoria

Cabría pensar que el cambio en la materia gris se produce por la alteración del sueño. Sin embargo, los resultados de la investigación revelan que también se produjeron en casos en los que el sueño había sido satisfactorio. En lo que sí repararon es que la alteración en la estructura cerebral provocada por la cafeína afectaba, sobre todo, a una región esencial para la consolidación de la memoria, el hipocampo.

Alteraciones en el sistema nervioso

Los cambios en el organismo que empiezan a alertar sobre un alto consumo de cafeína son irritabilidad, nerviosismo, dolor de cabeza, estrés, ansiedad, dolor muscular, mareos, temblores, deshidratación, síndrome de dependencia e insomnio. Además, estos efectos se van intensificando.

Para hacerse una idea de los niveles de cafeína que empiezan a hacer mella sobre el organismo, una persona que tome más de 1,4 miligramos por kilo de peso al día puede sufrir alteraciones del sueño como insomnio. Mientras que, si la cantidad asciende hasta los 3 miligramos, pueden aparecer complicaciones cardiovasculares, hematológicas y neurológicas y de comportamiento.

"Lo ideal sería promover el descanso antes que recurrir a estas bebidas y utilizar sustitutos más saludables como el café, el té o el cacao", afirma Marta Moreno, de Nutrición Clinique.

Habitualmente, los envases suelen contener unos 32 miligramos de cafeína por cada 100 mililitros, aunque hay formatos más grandes, de hasta 300 y 500 mililitros, lo que sería equivalente a la ingesta de 160 miligramos de esta sustancia. "Una verdadera barbaridad", sentencia la experta.

Cambios en la frecuencia cardíaca

Desde la Fundación del Corazón asocian el consumo de la cafeína con la aceleración de la frecuencia cardíaca, aunque señalan también que algunos estudios muestran que un consumo moderado de café (2-3 tazas diarias) no supone un riesgo para el corazón.

Además señalan qué alimentos contienen cafeína y en qué concentración (por cada taza de 150ml): café tostado y molido-instantáneo, 80-60 mg de cafeína por ración; café descafeinado, 3 mg de cafeína, té, 40 mg de cafeína; cola (por cada lata de 330 ml), 30 mg de cafeína; chocolate en pastillas (50 g), 20 mg de cafeína.

Ansiedad y falta de concentración

A pesar de que la cafeína puede contribuir positivamente a la capacidad de concentración, abusar de la misma puede ocasionar justo lo contrario. En personas que ya padecen ansiedad, los trastornos de sueño vinculados a la ingesta de altas dosis de cafeína pueden empeorar su afección, provocando dolores de cabeza, nerviosismo y cambios de humor, que a su vez mermarán su capacidad de concentración.

Estrés

La cafeína, al pasar al torrente sanguíneo y al llegar al cerebro, bloquea el receptor de adenosina, cuya función es desencadenar una serie de reacciones bioquímicas que ralentizan las funciones neuronales y provocan somnolencia, por lo que al impedir este proceso, la somnolencia no hace acto de presencia. Esto aumenta la actividad cerebral y activa la respuesta al estrés del cuerpo.

Algo que podría parecer positivo, pero que, sin embargo, puede contribuir negativamente al estrés y los niveles de cortisol y adrenalina que genera una persona, aumentando enormemente la sensación de ansiedad y los efectos negativos que tiene esta para el organismo, como alteraciones gastrointestinales, depresión y taquicardia.

Fuente consultada aquí




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