Desde la nefrología y la medicina vascular el Dr. Felix Pérez reconoce que no hay mayor satisfacción que ver como la medicina recobra la salud, la sonrisa y la calidad de vida de los pacientes que pueden volver a caminar y vivir sin dolor.
Por: Yizeth Arrellano
En una conversación con su padre, y la que considera fue su primera entrevista de vida sobre lo que quería ser en la adultez, el Dr. Félix Pérez Ramos a sus tan solo 5 años de edad dijo “Yo quiero ser doctor”.
En entrevista con Medicina y Salud Pública el Dr. Pérez narró que comenzó sus estudios de Medicina en Puerto Rico. Entre los primeros centros de salud en los que trabajó se destaca el Hospital de Veteranos de San Juan y posteriormente se fue a Michigan, donde se especializó en nefrología, intervención y medicina vascular.
En aquellos años las horas de sueño eran escasas, el mundo del saber le abría el paso a un futuro prometedor, pero era inevitable que comenzara a reflexionar sobre la vida.
“Estamos hablando que tú apenas duermes, casi que es inhumano. En ninguna otra profesión pasa esto. Tenía amigos que eran abogados que trabajaban como contables y estudiaban abogacía a la misma vez, eso no pasaba en medicina. No hay forma” contó el especialista.
Sus sueños por cumplir y ejercer la única profesión que le apasiona desde que tiene uso de razón fueron los grandes aliados para no desistir. “Mientras tus amistades estaban trabajando, ganando dinero, tú estabas rompiendo noche, leyendo libros, aprendiéndotelo todo, cogiendo exámenes, cogiendo la reválida. Es bien sacrificado, y después cuando vas al entrenamiento de las especialidades y subespecialidades es mucho más trabajo y tienes que llegar a tu casa a estudiar. Esto es una profesión bien sacrificada”.
Con una sonrisa agradece ver crecer a su hijo día tras día.
El sacrificio es necesario y la satisfacción es el regalo implícito
La fortaleza, la determinación y los propósitos van más allá del cansancio y las horas de trabajo. Al recordar a sus pacientes muchas historias le recuerdan su misión. “A pesar de todo, de que es una profesión muy sacrificada, y reconozco que daba mucho de mí, con el pasar de los años en este estado de mi vida, le doy gracias a Dios porque en realidad gracias a todos esos años puedo ser instrumento y hacer un cambio de vida en el que le puedo dar más años de vida a ellos”.
El doctor Pérez ha podido constatar lo importante que es el poder de la transformación en la vida de una persona gracias a la medicina. Durante la entrevista rescató la historia de un paciente que amaba pescar, pero por dolores en sus piernas había tenido que detener su labor. Luego de asistir a su consulta como médico vascular, ser diagnosticado y tratado rápidamente, al mes ese paciente recuperado regresó a la consulta del Dr. Pérez para agradecer con obsequios provenientes del mar a quien no solo le ayudó a regresar a su vida normal, sino que le guio de nuevo a la felicidad de hacer lo que tanto le apasiona, pescar.
“El sacrificio es porque a veces vas a tener que tomar decisiones en segundos, y para lograrlo tuviste que haber estado sin dormir muchos días, para que pudieras entender todo eso, y que ese cerebro pudiera reaccionar y tomar una decisión que realmente pudiera salvar una vida en segundos. Y eso solamente viene con dedicación y sacrificio. No viene por arte de magia, hay que seguir estudiando y estudiando. Tendrá su recompensa final, más que monetario, es espiritual y de emociones”, concluyó el especialista.