Durante la mediana edad las neuronas experimentan un mayor estrés metabólico debido a la falta de energía, lo que contribuye al deterioro cognitivo y podría ser un factor determinante en el envejecimiento cerebral.
Por: Mariana Mestizo Hernández
El cerebro es el órgano responsable de regular funciones fundamentales en el organismo, entre ellas la memoria, la comprensión y la toma de decisiones a partir de la información y los estímulos del entorno.
De acuerdo con el National Institute on Aging de Estados Unidos, el proceso de envejecimiento puede generar cambios en las capacidades cognitivas, disminuir la facilidad de aprendizaje y afectar el desempeño en actividades mentales complejas.
Un estudio sobre la degradación neuronalEn este contexto, un grupo de científicos de la Universidad de Stony Brook llevó a cabo un estudio en el que recopiló datos de aproximadamente 19.300 personas con el propósito de identificar el momento en que comienza el proceso de degradación neuronal.
Según los hallazgos publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los investigadores determinaron que el deterioro cognitivo comienza a manifestarse a partir de los 44 años y se acelera de manera significativa a los 67.
La resistencia neuronal a la insulina
Además, según lo informado por el portal El Tiempo, los expertos señalaron que la principal causa de este fenómeno es el envejecimiento, ya que durante este proceso se genera una "ventana crítica" en la que el cerebro experimenta una reducción en la energía disponible debido a la resistencia neuronal a la insulina.
En este sentido, se identificó que este órgano fundamental pierde progresivamente la capacidad de utilizar de manera eficiente la glucosa del cuerpo, lo que se asocia con el deterioro gradual de las habilidades cognitivas.
Posibles estrategias para prevenir el deterioro cognitivo
Por su parte, la neurocientífica Mujica Parodi destacó que identificar la etapa en la que se inicia el deterioro cognitivo puede representar una ventaja para mitigar su impacto en la vida de las personas.
La especialista explicó que, durante la mediana edad, las neuronas experimentan un mayor estrés metabólico al percibir una insuficiencia en su suministro de energía, por lo que recomienda explorar alternativas que permitan restablecer su funcionamiento.
Un experimento con cetonas como solución
A partir de esta premisa, investigadores de la Universidad de Stony Brook decidieron poner a prueba la teoría de Parodi, administrando suplementos de cetonas a 101 personas con el objetivo de aumentar su sensibilidad a la insulina y reducir el daño neuronal.
Tras analizar los resultados del estudio, observaron que el proceso de degradación se había estabilizado, lo que sugiere que la prevención del envejecimiento cognitivo es posible si se interviene antes de que ocurra un daño significativo.