Detectan señales en el ADN tumoral que advierten sobre la ineficacia de quimioterapias

El análisis de más de 800 tumores ha identificado alteraciones genómicas capaces de anticipar la resistencia a tres de los tratamientos de quimioterapia más utilizados.

Por: Mariana Mestizo Hernández


Una reciente investigación ha revelado que ciertos patrones de inestabilidad genómica pueden anticipar qué pacientes no responderán a tres de las principales clases de quimioterapia: platino, taxano y antraciclinas. 

Este hallazgo podría transformar la manera en que se administran estos tratamientos oncológicos, permitiendo evitar efectos secundarios innecesarios en personas para quienes el fármaco no tendrá ningún efecto terapéutico.

Los resultados se basan en el análisis de datos de más de 800 pacientes con tumores de ovario, mama, próstata y sarcoma, y han sido publicados en la revista Nature Genetics. El trabajo ha identificado biomarcadores dentro del complejo entorno de la inestabilidad genómica como las alteraciones masivas del ADN características de muchos tumores malignos que permiten predecir la resistencia a estos tratamientos.

La mitad de los pacientes no responde a la quimioterapia

"La quimioterapia es un tratamiento realmente bueno cuando funciona", señala Geoff Macintyre, científico del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). "El problema es que en términos globales, hay hasta un 50% de pacientes que no responden a estos fármacos, pero sí sufren sus efectos secundarios".

Una estrategia para proteger a los más vulnerables

El análisis, desarrollado por un equipo de investigadores en España y Reino Unido, representa un cambio en el paradigma actual, donde los biomarcadores suelen indicar qué tratamiento sí funcionará. 

En este caso, el objetivo es evitar aquellos que no tendrán efecto. "Lo que queremos es predecir qué pacientes serán resistentes a estas drogas, lo que puede ayudarnos a evitarles sus efectos tóxicos", subraya Macintyre, bioinformático australiano.

La propuesta adquiere especial relevancia para personas con tumores avanzados que ya han agotado la mayoría de las opciones terapéuticas disponibles. En este contexto, conocer de antemano qué quimioterapia no será eficaz puede ser decisivo para elegir una alternativa más adecuada. 

"Normalmente, los biomarcadores en cáncer funcionan exactamente al revés, diciéndote si un tratamiento funcionará, pero este tipo de aproximación puede acabar ayudando a seleccionar un mejor tratamiento y además aumentar la seguridad para el paciente", explica Bárbara Hernando, bióloga molecular castellonense de 33 años.

Comprender el caos del cáncer para personalizar terapias

El mismo equipo fue responsable en 2022 de uno de los mayores atlas de aberraciones genómicas del cáncer, en el que se analizaron más de 9.000 tumores, revelando la enorme diversidad de alteraciones estructurales en el ADN de las células malignas. 

Estos estudios persiguen un objetivo común: entender mejor el caos genético que caracteriza al cáncer, desarrollar terapias más personalizadas y aplicarlas en etapas más tempranas de la enfermedad.

Un origen tóxico con historia bélica

Desde su descubrimiento a mediados del siglo XX, la quimioterapia ha sido un tratamiento altamente tóxico y poco selectivo, capaz de dañar tanto células cancerosas como sanas. 

El origen de este enfoque se remonta al bombardeo del puerto de Bari, en Italia, en diciembre de 1943. Durante el ataque, el gas mostaza liberado accidentalmente afectó a los supervivientes, destruyendo su médula ósea y sistema linfático, lo que condujo al desarrollo de los primeros agentes citotóxicos contra el cáncer.

Un nuevo test con dilemas éticos

Por primera vez, los análisis de inestabilidad genómica abren la puerta a que estos tratamientos dejen de aplicarse de forma indiscriminada. 

"En una situación normal, los médicos les dan quimio a sus pacientes sin saber si responderán o no. Pero en el momento en que tienes un sistema predictivo como este, se abre un dilema ético de si dar el tratamiento o no. Por eso no realizamos un ensayo clínico al uso. En su lugar, lo que estamos haciendo es analizar los datos de miles de pacientes ya tratados y simular con ellos un ensayo clínico, aunque no sea prospectivo", detalla Macintyre.

Validación, financiación y aplicación clínica

El proyecto ya se encuentra en una etapa de validación en colaboración con el Hospital 12 de Octubre, donde se están analizando datos de pacientes tratados con distintas clases de quimioterapia

Además, los investigadores han fundado una empresa biotecnológica para desarrollar comercialmente los tests de inestabilidad genómica. La iniciativa cuenta con una financiación de 1,3 millones de euros por parte de la Unión Europea y el Gobierno de España.

Valoración de la comunidad oncológica

Desde la Sociedad Española de Oncología Médica, Rebeca Lozano, secretaria científica de la entidad, califica el trabajo como "interesante". Aunque no participó en la investigación, considera que un test así "nos puede decir qué quimioterapia evitar porque no va a funcionar". 

La oncóloga del Hospital Universitario de Salamanca recuerda que hoy en día no se sabe por qué hasta la mitad de los pacientes no responden a estos tratamientos. "Sería muy útil", concluye, si este test logra validarse, tanto para los tumores estudiados como para otros tipos de cáncer.





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