Fue publicada una nueva guía, que documenta la mejor manera de tratar esta enfermedad que podría provocar complicaciones graves y mortales.
En la cuarta edición de la revista The American Journal of Gastroenterology, fue publicada una nueva guía sobre el diagnóstico y el tratamiento del esófago de Barrett (EB), por parte de El Colegio Estadounidense de Gastroenterología.
Esta guía ofrece recomendaciones para el diagnóstico, la detección, la vigilancia y la terapia endoscópica y médica de EB. Aunque el EB puede considerarse como una manifestación grave de la Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).
Es importante mencionar que esta guía no hace recomendaciones en cuanto al cuidado de la ERGE. Los investigadores abordan las pautas, que fueron divididas en 6 secciones, dentro de las cuales se incluye una ampliación de las modalidades de cribado aceptables y de los intervalos de vigilancia del esófago de Barrett de segmento corto.
Las recomendaciones clave son las siguientes:
En tanto al Diagnóstico de EB, la guía sugiere que se requiere metaplasia intestinal en el esófago tubular y una longitud de la mucosa cilíndrica =1 cm. Los investigadores aseguran que no se requiere una biopsia endoscópica de rutina para los pacientes con una línea Z de apariencia normal o una línea Z con <1 cm de desplazamiento proximal.
Por otra parte, se recomienda una endoscopia de Cribado de EB única en pacientes con enfermedad por reflujo gastroesofágico crónica y con =3 factores de riesgo para esófago de Barrett. Pueden utilizarse dispositivos de cápsula tragable con un biomarcador.
En tanto al tratamiento no quirúrgico, los investigadores sugieren el tratamiento con un inhibidor de la bomba de protones al menos a diario cuando no esté contraindicado. Sin embargo, no se recomienda la combinación de ácido acetilsalicílico con inhibidores de la bomba de protones, y dicen que no debe utilizarse cirugía antineoplásica.
Además, se aconseja la terapia de erradicación endoscópica para los pacientes con displasia de alto grado o cáncer intramucoso y resecar las lesiones visibles antes de aplicar la terapia ablativa.
Ahora, hablando de Vigilancia de EB: se recomienda tanto la luz blanca como la cromoendoscopia, los intervalos se deciden según el grado de displasia en las biopsias. Hay que considerar la longitud del segmento de esófago de Barrett al decidir los intervalos. Los intervalos más largos se reservan para los segmentos <3 cm.
Por si fuera poco, no se incluyen recomendaciones sobre el uso de quimioprevención o biomarcadores en la práctica sistemática.
Qué es el esófago de Barrett (EB)
Es una afección común asociada con la enfermedad por reflujo gastroesofágico crónico (ERGE). Es decir, es un cambio metaplásico del esófago distal, por el cual el epitelio escamoso normal es reemplazado por epitelio columnar especializado con células caliciformes, la asociación es de modo que entre el 5% y el 12% de los pacientes con síntomas crónicos de ERGE albergarán EB
El EB es la única lesión precursora conocida del adenocarcinoma esofágico (EAC), un cáncer con una incidencia en rápido aumento en los últimos 40 años en los Estados Unidos y otros países occidentales
El objetivo de las guías
Estas pautas se establecen para apoyar la práctica clínica y sugerir enfoques preferibles para un paciente típico con un problema médico particular basado en la literatura publicada actualmente disponible. Al ejercer el juicio clínico, particularmente cuando los tratamientos presentan riesgos significativos, los proveedores de atención médica deben incorporar esta guía además de las comorbilidades médicas específicas del paciente, el estado de salud y las preferencias para llegar a un enfoque de atención centrado en el paciente.
No fue posible hacer recomendaciones con respecto a la quimioprevención o el uso de biomarcadores en la práctica habitual debido a la insuficiencia de datos.
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