El herpes zóster puede causar neuralgia postherpética, una condición dolorosa y debilitante que puede durar hasta 3 meses después del episodio inicial.
Por: Mariana Mestizo Hernández
El herpes zóster, también conocido popularmente como culebrilla, es una enfermedad causada por la reactivación del virus varicela zóster, el cual suele adquirirse durante la infancia a través de la enfermedad de la varicela.
"Este virus puede quedar dormido en nuestros nervios por muchos años y reactivarse mucho tiempo después en forma de culebrilla o herpes zoster, alrededor o siguiendo un mismo nervio o lo que conocemos como un dermatoma, no se va a reactivar usualmente todo el cuerpo como era la varicela, a menos que hayan otras condiciones propicias", explicó la Dra. Marielys Otero Maldonado, infectóloga.
¿Qué son los dermatomas?
La experta resaltó la composición del cuerpo humano, conformado por dermatomas, los cuales son nervios sensitivos que se extienden desde la columna vertebral hasta la médula espinal, presentando una disposición circular. Como resultado, el herpes zóster se manifiesta en áreas específicas y no afecta en áreas como el tórax o el abdomen.
"La gente puede expresar que la culebrilla lo dejó sin respirar o lo atrapó, es porque los dermatomas son de forma circular y si se afectaron dos, se puede decir que se unieron, causando un dolor tan fuerte, que la gente aguanta la respiración para no sentirlo", expresó la infectóloga.
En esta misma línea, la experta enfatizó que este problema se puede dar en áreas como los ojos, en los dermatomas que cubren los oídos, la boca y la nariz, lo que probablemente causaría una neuralgia de trigémino o parálisis facial.
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"Esa parálisis se supone que debe mejorar con terapia, con antivirales y ahí le añadimos esteroides también, pero lamentablemente algunas personas, si no tienen un tratamiento adecuado, pueden quedar con una pequeña complicación, como una pequeña desviación de la comisura labial o su ojo cerrado, todo depende de cuán rápido se empiece el tratamiento y cómo responde la persona", advirtió.
Término "culebrilla"
La especialista brindó una explicación fascinante acerca del origen del término coloquial "culebrilla", revelando que su nombre se deriva de su característica de trazar un camino serpenteante a lo largo del nervio. Esta peculiaridad se asemeja al movimiento sinuoso de una serpiente, lo cual ha llevado a esta afección a ser conocida popularmente como "culebrilla".
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Factores de riesgo
La Dra. Otero señaló que existen diversos factores de riesgo para llegar a padecer de herpes zóster, en los cuales se destacan:
- La edad: existen más riesgos de padecer esta condición en personas mayores de 50 años.
- Personas inmunocomprometidas: pacientes sometidas a tratamientos que afecten su sistema inmune como en el cáncer y VIH.
Por ello, antes de iniciar este tipo de terapias es importante cumplir con medidas preventivas como un esquema de vacunación completo. "Hace ya varios años se diseñó una vacuna de herpes zóster, actualmente usamos la recombinante", añadió.
Se destaca la vacunación
Además, indicó que a nivel mundial, existen dos vacunas, la primera, es elaborada con virus vivos atenuados y la otra es una recombinante, donde se utiliza una proteína de tipo E para producir las defensas.
"En Estados Unidos y Puerto Rico, solamente se utiliza la recombinante, la de virus atenuado se utiliza en Canadá y en Europa", contó la experta.
En relación a este tema, es importante destacar que la vacuna se encuentra actualmente disponible para individuos mayores de 50 años con un sistema inmunológico en pleno funcionamiento.
Asimismo, también se recomienda su administración a personas mayores de 18 años que presenten un sistema inmunológico debilitado o que deban someterse a tratamientos que puedan comprometerlo.
Cabe destacar que la Dra. Otero subrayó que, a menos que haya una recomendación médica específica, la vacunación no es necesaria antes de los 50 años. De hecho, en lugar de brindar beneficios adicionales, podría tener resultados adversos.
Se recomienda no vacunarse antes de los 50 años al no ser que sea necesario
"Conocemos ya que la vacuna tiene una efectividad del 87%, pero todas las vacunas pueden tener un proceso de pérdida de anticuerpos con el pasar de los años, si nos la ponemos a muy temprana edad, cuando tengamos 80 años, por ejemplo, es cuando más podemos tener complicaciones por la culebrilla como por ejemplo, una infección del cerebro llamada encefalitis, aunque tengamos la protección, la efectividad no va a ser tan alta como por ejemplo, si la tenemos en los últimos 10 años", explicó.
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No obstante, es importante resaltar que es fundamental tomar las medidas necesarias para prevenir los efectos del herpes zóster, ya que esta condición puede desencadenar neuralgia postherpética, una afección dolorosa y debilitante que puede persistir en el paciente hasta 3 meses después del episodio inicial, afectando gravemente la calidad de vida de estas personas.
En consecuencia, si no se trata adecuadamente, esta afección puede desencadenar problemas neuronales o pulmonares tan graves que pueden poner en peligro la vida e incluso llevar a la muerte.
Por lo tanto, es recomendable seguir las pautas médicas, incluida la consideración de la vacunación, especialmente en aquellos grupos de riesgo, con el objetivo de prevenir y minimizar las consecuencias a largo plazo asociadas con el herpes zóster.