¿Es riesgoso el uso de antibióticos para prevenir infecciones de trasmisión sexual?

Expertos en enfermedades infecciosas analizan los posibles riesgos de la resistencia bacteriana a estos medicamentos.

Por: Luisa Ochoa


Aunque el uso de antibióticos para prevenir las infecciones de transmisión sexual era apenas una posible idea décadas atrás, ahora tiene el respaldo de diversos estudios y luz verde de un departamento de salud pública de California en Estados Unidos.

Una de las investigaciones que sustentan la alternativa del uso de antibióticos la lideró el Dr. Jeffrey Klausner, médico de enfermedades infecciosas y profesor de salud pública en la Universidad del Sur de California.

El médico publicó el primer ensayo aleatorio en el año 2015 sobre el rol de la doxiciclina en la prevención de infecciones de transmisión sexual. Este medicamento comúnmente es utilizado para tratar estas infecciones, incluidas la sífilis, clamidia, entre otras. 

Sin embargo, el efecto de resistencia de los microbios a los medicamentos es un factor que requiere varios análisis y por eso la investigación del médico en un principio no tuvo buena aceptación, ya que puede que los tratamientos para las ITS dejen de funcionar con el tiempo.

No obstante, las cifras de ITS aumentan cada año, por lo que la comunidad médica ha buscado alternativas para prevenirlas.

“Hubo más de  170.000 casos de sífilis en los Estados Unidos el año pasado, y los casos anuales se han duplicado en los últimos cinco años”, afirmó el Dr. Klausner. 

Estudios sobre la doxiciclina para prevenir ITS

Otros estudios relacionados también encontraron tasas más bajas de infecciones de trasmisión sexual en personas que tomaban doxiciclina a diario o después de tener relaciones sexuales. El método, conocido como profilaxis con doxiciclina previa a la exposición, ahora tiene su propio nombre: doxyPEP.

Además de eso, en octubre, el Departamento de Salud Pública de San Francisco recomendó doxyPEP para hombres cisgénero y mujeres transgéneros que hayan tenido una infección de trasmisión sexual bacteriana en el último año, así como sexo oral o anal sin condón con uno o más hombres cisgénero o mujeres transgéneros en el último año.

Al respecto, la Dra. Stephanie Cohen, directora interina de prevención y control de enfermedades del departamento en la División de Salud de la Población, explicó que “para aquellos que cumplen con el segundo criterio, pero no han sido diagnosticados con una ITS en el último año, el departamento recomienda un enfoque de toma de decisiones compartida donde los médicos analizan los beneficios y riesgos de doxyPEP y lo prescriben para pacientes que se sienten ellos se beneficiarán”.

Cabe mencionar que el departamento también recomienda doxyPEP para cualquier persona diagnosticada con sífilis, independientemente de su género o pareja sexual.

Últimos resultados del uso de doxyPEP

El estudio más reciente de doxyPEP realizó un seguimiento a 501 hombres y mujeres trans en Seattle y San Francisco. Alrededor de dos tercios tomaban profilaxis previa a la exposición al VIH (PrEP) y el resto vivía con el virus.

Los resultados de ese estudio, compartidos en la Conferencia de la Sociedad Internacional del SIDA (IAS) a principios de este año, encontraron que las infecciones de trasmisión sexual eran más bajas en el grupo al que se le indicó que tomara una dosis única de doxiciclina dentro de las 72 horas posteriores al sexo sin protección. 

Por otro lado, la tasa de reducción de infecciones de trasmisión sexual fue del 66 % en el grupo de PrEP para el VIH y del 62 % en el grupo con VIH positivo. 

Sobre ello, la Dra. Annie Luetkemeyer, médica de enfermedades infecciosas e investigadora de ITS en la Universidad de California en San Francisco, indicó que, “puede ser un cambio de paradigma cuando se habla de usar antibióticos antes de que alguien tenga una infección”.

Para la doctora, el rechazo a la doxyPEP es que podría conducir a una mayor resistencia a los antimicrobianos. Sin embargo, la Dra. Luetkemeyer señala que las poblaciones de mayor riesgo, a las que se dirige la intervención, ya están expuestas a altas tasas de uso de antibióticos, en gran parte para tratar las infecciones de trasmisión sexual. 

En el grupo de control del estudio, la tasa de ITS fue del 32 % en un período de 3 meses, en comparación con el 11 % en el grupo doxyPEP. Pero el uso de doxyPEP no fue perfecto, y las personas en el estudio informaron que lo tomaron después del 87 % de los encuentros sexuales sin protección, en promedio.

“No se trata de tomar doxiciclina versus no tomar antibióticos”, afirma la Dra. Luetkemeyer. De hecho, el grupo de control tuvo una exposición un 50 % mayor a la ceftriaxona, un antibiótico de amplio espectro que tiene un mayor potencial de estimular la gonorrea resistente a los medicamentos.

Aun así, los doctores consideran que es importante controlar tanto las infecciones de trasmisión sexual resistentes a los medicamentos como otras infecciones, como el Staphylococcus aureus resistente a la doxiciclina, para asegurarse de que la doxiPEP no las aumente.

¿Existe un riesgo de aumento en la resistencia microbiana?

Con relación a la resistencia bacteriana a los medicamentos, la Dra. Luetkemeyer y sus colegas están estudiando para ver si doxyPEP aumenta las bacterias resistentes a los medicamentos en quienes lo toman. Todavía no hay señales de alerta, pero la investigación está en curso.

Pese a que el departamento de salud pública de San Francisco ha dado el primer respaldo oficial a la doxyPEP, los médicos que trabajan con poblaciones de alto riesgo la han estado recetando de manera no autorizada durante años. 

El Dr. Klausner explicó que cuando estaba tratando a pacientes que vivían con el VIH o que estaban en riesgo de contraer el VIH, recetaba doxiciclina profiláctica, ya sea diariamente o después de tener relaciones sexuales sin condón, dependiendo de la frecuencia de la actividad sexual del paciente.

También señaló que no hay un grupo fijo de personas que necesiten doxyPEP, y las personas pueden beneficiarse durante un período entre relaciones monógamas o relativamente monógamas, por ejemplo. “El perfil de riesgo de las personas es dinámico. DoxyPEP no es una estrategia que alentamos a las personas a adoptar para siempre”, añadió. 

Por otra parte, para el médico, la doxyPEP podría aumentar el riesgo de infecciones resistentes a los medicamentos y teóricamente también podría reducirlo al disminuir la carga de infecciones de trasmisión sexual en la población y la necesidad de tratamientos con antibióticos.

“Se sabe desde la década de 1970 que las infecciones de transmisión sexual, como la clamidia, la gonorrea, la sífilis, son perpetuadas por un grupo central. Si puede controlar esa propagación de la infección en el grupo central, el resto de la población está más protegida”, complementó.

La Dra. Cohen, dijo que aunque “definitivamente es una prioridad a medida que implementamos la vigilancia para ver si hay signos preocupantes de resistencia a los antimicrobianos”, por ahora, “el deseo de la comunidad de tener nuevas herramientas para protegerse de las ITS superan los riesgos potenciales y desconocidos de la resistencia a los antimicrobianos”.

“Para algunas poblaciones, con tasas realmente elevadas de infecciones de transmisión sexual, lo que tenemos para ofrecer actualmente no funciona, por lo que realmente necesitamos nuevas herramientas”, concluyó la Dra. Luetkemeyer.

Fuente consultada aquí.



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