El doctor Luis Ruiz tiene 33 años en la profesión, se formó en la Escuela de Medicina en España, en el Centro Médico de Mayagüez, y en el Recinto de Ciencias Médicas
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Hace unos años a estos dos hombres los unía el deporte, particularmente el baloncesto. El doctor Luis Ruiz era entrenador del equipo al que pertenecían sus hijos cuando eran niños.
Hoy día, aunque aún es un tema que los vincula, la endocrinología es la pasión que comparte con su segundo hijo, el doctor Oscar Luis Ruiz.
El doctor Luis Ruiz, natural de Cayey se formó en la Escuela de Medicina de España, en el Centro Médico de Mayagüez y en el Recinto de Ciencias Médicas. En los últimos 37 años ha vivido en Ponce y cuenta con una experiencia de 33 años en el ejercicio de su profesión.
En entrevista con la Revista Medicina y Salud Pública (MSP), relató un poco de su historia, su padre era cartero y su madre, maestra. Desde pequeño "dije que iba a ser médico y que iba a ser endocrinólogo”.
Aunque en un momento dado consideró otras especialidades, “la realidad es que la endocrinología es de las subespecialidades, la que más abarca. Entrena en casi todas las condiciones del ser humano, como diabetes, hipertensión, fallo cardíaco, problemas del riñón. Tiene que estar entrenado en todas las demás subespecialidades para tener un conocimiento general y completo del ser humano, incluyendo las emociones, condiciones psiquiátricas, psicológicas y las reacciones ante la enfermedad”, mencionó.
El actual presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Endocrinología y Diabetología (SPED) es padre de dos varones y abuelo de tres niñas: Gabriela, de 19, quien estudia en los Estados Unidos para ser nutricionista. Carla Mia, de 10, y Camila Sofía, de 11, las niñas de su hijo mayor, quien es corredor de bienes raíces.
Mientras tanto, a su segundo hijo, el interés por la medicina le surgió en la adolescencia. Narró que a los 17 años ya sabía que quería estudiar ciencias. Luego de obtener su título como médico, se decidió por la endocrinología:
Cuando el padre acude a seminarios y convenciones fuera del país, es el hijo quien se queda a cargo de las oficinas médicas y la tecnología facilita la comunicación. En cambio, si es el hijo quien no se encuentra, “lo llamo y le pregunto qué es lo último en tal cosa. Si atendió a un paciente, que me dé detalles. La comunicación es directa, sobre todo con la tecnología, que lo permite. Ya muchos pacientes prefieren atenderse con él que conmigo, porque los ‘regaño’ mucho y el ‘nene’, como le dicen, es más ‘suavecito’ y llevadero. Entretanto, yo me dedico a otras labores administrativas y a preparar conferencias”, reveló en tono jovial Ruiz (padre).