En Puerto Rico existen menos de diez nefrólogos pediátricos activos, un número limitado frente a la demanda clínica.
Por: María Camila Sánchez
Desde sus años de formación en medicina, la Dra. Marta Suárez supo que quería dedicar su carrera al cuidado de los pacientes más jóvenes. Después de graduarse de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico y completar su residencia en pediatría, se trasladó a Estados Unidos para formarse en nefrología pediátrica, una subespecialidad que en aquel momento no podía estudiarse en la isla.
"Yo sabía que al terminar mi carrera quería regresar a practicar a Puerto Rico. Hice pediatría aquí, hice la escuela de medicina en la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico y regresé tres días antes de terminar. Desde el 2008 empecé mi carrera aquí como nefróloga pediátrica, hasta el sol de hoy ininterrumpidamente.
Esa decisión marcó el inicio de una trayectoria ininterrumpida en la que ha combinado su práctica clínica con la docencia, hasta convertirse en directora de la División de Nefrología Pediátrica de la Universidad de Puerto Rico.
Un camino de retos y satisfaccionesEl reconocimiento que recibió durante la trigésimo novena Convención de la Sociedad de Nefrólogos de Puerto Rico, donde fue homenajeada por su contribución al campo, la tomó por sorpresa.
"Me siento muy honrada, muy agradecida de que todos los sacrificios de la vida que he dedicado al servicio de esta población en particular, sean reconocidos. La realidad es que uno lo hace por vocación, pero sí da una satisfacción muy grande que todas esas cosas que uno trata de hacer con tantas dificultades en este país que queremos tanto, se han valorado de esa manera".
Nefrología pediátrica en Puerto Rico
En Puerto Rico existen menos de diez nefrólogos pediátricos activos, un número limitado frente a la demanda clínica.
"Como el riñón es un órgano que tiene que ver con tantas cosas, no solamente el problema es fallo renal y diálisis. Nosotros cuidamos niños que tienen diferentes condiciones como lo es la hipertensión. Tenemos muchos pacientes que necesitan evaluación de hipertensión porque es el nefrólogo pediátrico quien maneja la hipertensión en los niños, a diferencia del adulto que quizás es el cardiólogo".
Además, mencionó que también prevén y monitorean infecciones urinarias, desórdenes metabólicos, el consumo de medicamentos que pueden afectar la función del riñón, cálculos renales, entre otros.
Sin embargo, reconoce que las afecciones más comunes son las infecciones de orina, malformaciones genitourinarias pero, "la realidad es que la hipertensión y el síndrome metabólico, la diabetes tipo 2, con este tema de la epidemia de obesidad, nos ha multiplicado mucho los niños que necesitan ver un nefrólogo para el manejo".
El trasplante, meta del tratamiento
Uno de los aspectos que más satisfacción le genera es acompañar a los pacientes en el proceso hacia el trasplante renal.
"La diálisis, en pediatría, es un puente. El gold standard o la meta de tratamiento para todos los pacientes pediátricos con fallo renal, es un trasplante de riñón".
En promedio, se realizan entre dos y tres trasplantes pediátricos al año en la isla, y aunque el número es bajo, representa un logro para un sistema de salud con recursos limitados.
"Ver a un niño trasplantado y con una vida plena es una de las mayores recompensas de nuestra labor", sostiene.
Acceso y trabajo en equipo
La Dra. Suárez reconoce que aún persisten barreras en el acceso a especialistas y medicamentos para pacientes pediátricos. Sin embargo, destaca el esfuerzo colectivo de los nefrólogos pediátricos en la isla.
"Somos pocos, pero muy comprometidos. Luchamos cada día para garantizar que los niños tengan acceso a los tratamientos que necesitan, incluso cuando no están diseñados originalmente para población pediátrica", explica.
La especialista también recuerda que el trabajo multidisciplinario es fundamental en este campo. "El nefrólogo pediátrico no trabaja solo. Nos integramos con cardiólogos, endocrinólogos, psicólogos y nutricionistas para abordar todas las aristas de la enfermedad renal en niños", añade.
Mirando hacia el futuro
Al reflexionar sobre su carrera, la doctora admite que lo más difícil sigue siendo la escasez de especialistas en su campo.
"Necesitamos más nefrólogos pediátricos en Puerto Rico. Mientras tanto, quienes estamos activos seguimos dando la batalla con vocación y con un compromiso absoluto hacia nuestros pacientes".
El homenaje recibido en la convención de nefrólogos no solo celebra la trayectoria de la Dra. Marta Suárez, sino que también visibiliza el papel vital de la nefrología pediátrica en Puerto Rico. Una especialidad pequeña en número, pero inmensa en impacto para la salud de los niños de la isla.