"Cuando la vi en el hospital dije: esto acaba de ser real": Ser madre tras un diagnóstico de infertilidad

Gracias a los avances de la medicina, Carla pudo experimentar un regalo que jamás hubiera pensado recibir y hoy es un sueño hecho realidad: su pequeña hija.

Por: Luisa Ochoa


Carla Di Luca Santiago es una puertorriqueña nacida y criada en Bayamón. Es chef de profesión y se casó hace 17 años con Ernesto, su compañero y fiel testigo de muchas vivencias y frustraciones, pero también de éxitos y logros incomparables como el milagro de su hija.

Desde hace 16 años Carla anhelaba ser mamá, sin embargo, no vivió un proceso nada fácil, todo lo contrario, recibió incontables respuestas negativas y aunque intentó por varios medios, su naturaleza era su mayor adversaria, ya que tras presentar continuos problemas en la menstruación fue diagnosticada con fibromas uterinos. 

Pero antes de llegar a ese diagnóstico, tuvo muchos sangrados abundantes, dolor y otros síntomas que indicaban que algo en su salud no estaba bien. Después de pasar por diversos procedimientos y exámenes para descartar endometriosis o síndrome de ovario poliquístico, los médicos llegaron a la conclusión de que tenía fibromas.

Carla tenía fibromas uterinos y baja reserva ovárica

Es bien conocido que los fibromas uterinos pueden causar problemas de fertilidad. Aunque no sucede en todas las mujeres, el simple hecho de padecerlos puede significar un riesgo para quienes desean ser madres, como era el caso de ella.

"El proceso para llegar a ser madre fue muy largo, exactamente fueron 16 años de espera, de intentos frustrados, muchas lágrimas, muchas decepciones, donde cada intento que hacíamos se veía frustrado, muchos tratamientos donde no llegó el resultado esperado", expresó.

Fueron muchos intentos, tratamientos de fertilidad, inseminaciones y procedimientos in vitro, pero aun así parecía que la maternidad se alejaba de la vida de Carla. El tiempo tampoco era un buen aliado, porque a medida que pasaban los años disminuían sus posibilidades.

Además, recibió otro diagnóstico nada esperanzador y era que tenía baja reserva ovárica en su cuerpo. La baja reserva ovárica se detecta cuando los ovarios, en cada ciclo, generan un menor número de óvulos de los que podrían generar de acuerdo a la edad.

El largo camino entre chequeos médicos y tratamientos de fertilidad 

"Tuvimos embriones que no sobrevivieron, fue un proceso largo, cargado de visitas médicas, estudios y de mucho anhelo, de mucho deseo y frustración de ver que el tiempo continuaba pasando y no podíamos alcanzar nuestro sueño. Fue un tiempo de afirmar nuestro matrimonio, aumentar nuestra fe y fortalecer nuestro carácter. Fue un camino de una lucha constante", dijo.

Para el tratamiento de la condición de Carla le removieron 10 fibromas quirúrgicamente. El procedimiento le permitió mejorar los síntomas que había padecido por varios años y a la vez contribuir con su fertilidad.

Luego de más de 3 años en tratamientos, el último que realizó fue en los Estados Unidos con la donación de un embrión, hecho que hoy en día le permitió cumplir su más grande sueño de ser mamá.

Una maternidad deseada y anhelada por muchos años

"Para mí en lo personal es un proyecto de vida, es algo que anhelaba y deseaba con todas mis fuerzas y ser madre, es eso, cuidar, amar, encaminar, es el título que lo abarca todo", expresó agradecida.

"Que sería un mundo sin las madres, mi madre me lo enseñó todo, ella lo dio todo por mí y las madres sostienen la vida, no solo por cargarnos en nuestro vientre, sino por seguirnos formando a lo largo de toda la vida". 

Pese a que por muchos años el diagnóstico de Carla fue de infertilidad, eso no es algo que la define hoy en día. Hoy es la mamá de una hermosa bebe de 3 meses, su pequeña Katnis, por quien había esperado tanto tiempo.

La noticia más esperada llegó

"Cuando llegó la noticia más esperada, fue de mucha alergia e incertidumbre. Ha sido de muchas emociones y sacrificios, económicos, de tiempo y de salud"..."Una vez la vi ese día en el hospital, cuando salió y lloró y me la mostraron dije: wow esto se acaba de volver real y es saber que tengo una responsabilidad para toda la vida, soy responsable de un ser humano, de prepararla y capacitarla para la vida, equiparla para que sea una persona de bien, para que tenga aspiraciones para que aporte a nuestra sociedad".

El embarazo de Carla transcurrió con normalidad, ella disfrutó cada etapa y trató de mantenerse saludable para el buen desarrollo de su bebé. Siempre ha sido una mujer muy activa, tiene su negocio propio, es chef y está cursando una maestría. 

La maternidad, aunque retante y quizás agotadora, es una de las mejores experiencias que Carla ha podido vivir. Ver a su bebé crecer, llorar, alimentarse e incluso dormir, son actos que no cambia por nada en el mundo, serán recuerdos que durarán para siempre.

"Ha sido fácil para mí mimarla, abrazarla, tenerla, alimentarla, amarla, porque la desee con todas mis fuerzas. Gracias a Dios he podido estudiar, tengo mi negocio y estoy haciendo una maestría, yo me siento realizada".

Actualmente, su condición está controlada, desde que tuvo la miomiectomía hace casi 2 años, pudo llevar el embarazo sin riesgos de fibromas o hemorragias. La cesárea también transcurrió con éxito y a la fecha sigue chequeándose y cuidando su salud. 

"Vivo agradecida con el doctor que me operó. Me cuido mucho. Mi cuerpo tiene una predisposición a crear estos fibromas por eso todas esas cosas que pueden contribuir a que vuelvan los fibromas las he eliminado, tomo mis vitaminas, hago ejercicio, mantengo mis chequeos al día". 

´Sus sueños de ser mamás se pueden cumplir´

Respecto a la baja reserva ovárica, Carla expresó que aunque es un diagnóstico fatal y determinante para la fertilidad, se siente tranquila porque, "gracias a los avances de la medicina pude experimentar un regalo que jamás hubiera pensado, una pareja de otro país que no me ha visto en su vida me donó un embrión y gracias a ese regalo Dios lo uso para permitirme quedar embarazada, así que siento tranquilidad y paz sabiendo que en algún momento alguien estaba dispuesto a poner un grano de arena para lograr mi sueño". 

Sin duda, para Carla fue clave tener el apoyo y guía de sus médicos, en especial el Dr. Nabal Bracero, también de su familia y de su comunidad de la iglesia. Fueron un soporte invaluable durante todo el proceso que le enseñó a tener fe y reconocer que recibir ayuda no está mal.

Por eso, a través de su historia, Carla quiere alentar a otras mujeres que están pasando por situaciones similares, a tener esperanza, a creer que si se puede, que no están solas y siempre pueden buscar otras alternativas.

"En este día de las madres el mejor regalo al contar esta historia es darle esperanzas a las que están aguardando, de que sus sueños de ser mama se pueden cumplir, que no importa el tiempo que haya pasado, se pueden cumplir", expresó.



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