Por lo general, estos son benignos, pero deben ser monitoreados constantemente debido a que con el tiempo pueden convertirse en cancerígenos.
Por: Estefanía Santos
Los pólipos uterinos son una afección que se produce por el crecimiento de tejido anormal que se acumula y adhiere a la pared del útero. Por lo general, estos son benignos, pero deben ser monitoreados constantemente debido a que con el tiempo pueden convertirse en cancerígenos.
Esta afección suele manifestarse en mujeres mayores, que están en la etapa de la perimenopausia o en la menopausia. Sin embargo, también puede afectar a jóvenes. Al parecer los pólipos podrían ser producidos por alteraciones hormonales, específicamente de estrógeno, pues son más sensibles a esta hormona.
Síntomas
En algunos casos las mujeres no presentan ningún tipo de síntoma y los pólipos son descubiertos al realizar exámenes de rutina. Por lo general, los signos incluyen:
- Sangrado menstrual anormal
- Problemas de fertilidad
- Sangrado vaginal luego de la menopausia
- Sangrado menstrual abundante
Hay una serie de factores como: sufrir de hipertensión, estar a punto de llegar a la etapa de la menopausia -perimenopausia-, padecer de obesidad, consumir algunos medicamentos para el cáncer; estos aumentan significativamente el riesgo de desarrollar esta afección.
Diagnóstico y tratamiento
Si acudes al médico con algunos de los síntomas anteriormente mencionados y al evaluar tu situación el especialista sospecha de la presencia de pólipos uterinos puede ordenar una serie de exámenes que le permitirán corroborar su diagnóstico. Dentro de estas pruebas se encuentran: histeroscopia, ecografía transvaginal, biopsia del endometrio.
Cuando se trata de pólipos pequeños estos suelen desaparecer con el paso del tiempo, por lo que el ginecólogo requiere realizar un seguimiento para ver lo que sucede con estos. En los casos de adherencias grandes se pueden tratar mediante fármacos o una intervención quirúrgica para extirparlos y extraerlos.