Los genetistas han revelado por qué algunas personas con obesidad permanecen sanas.
Por: Isbelia Farías
Por muy extraño que parezca, muchas personas con obesidad suelen disfrutar de una salud relativamente buena, mientras que otras padecen dolencias que le cambian la vida, tal como la diabetes tipo 2 o las enfermedades cardíacas.
Una persona con un índice de masa corporal (IMS) superior a 30 se considera como obesa. Pero, cabe destacar que la grasa que se almacena debajo de la piel, como en la papada o la barriga, es menos dañina que la grasa que se almacena alrededor de órganos como el corazón o el hígado.
Lo más sorprendente es que son los genes con los que se nace los que predeterminan cómo y dónde se almacenará esa grasa. Esto es lo que los científicos han llamado una adiposidad favorable o desfavorable.
La aleatorización mendeliana
Un equipo de la universidad de Exeter recurrió a la técnica de la aleatorización mendeliana y descubrió que, de 37 enfermedades que sometieron a prueba, doce de ellas, incluida la enfermedad de las arterias coronarias, los accidentes cerebrovasculares y la diabetes tipo 2, estaban relacionadas de forma directa con los genes que determinan si la persona cuenta con una adiposidad favorable
No obstante, los investigadores advirtieron que, independientemente si una persona tiene una adiposidad favorable o no, la obesidad siempre representaba un peligro grave para la salud, incluso para las personas con una adiposidad favorable, ya que tenían un riesgo mayor de padecer enfermedades como asma en adultos, cálculos biliares y psoriasis.
El equipo también descubrió que algunas enfermedades, como el Alzheimer, de las cuales antes se pensaba que se relacionaban con el peso de una persona, en realidad no parecían estar asociadas.
Uno de los científicos que participó en el estudio, el doctor Yaghootkar, afirmó que: “Para prevenir y medir mejor el riesgo de enfermedad, es importante entender si la obesidad es un factor de riesgo casual y, de ser así, qué consecuencias (metabólicas, mecánicas o psicológicas) derivan del riesgo”.
También agregó que: “Los resultados brindan evidencia de que todos se beneficiarán de perder la grasa adicional, incluso si son metabólicamente saludables”.
Para este grupo de investigadores, estos resultados permiten que los médicos determinen si se deben enfocar en los efectos adversos de la obesidad de una persona o si deberían más bien tratar de hacer que pierdan algunas libras.
El profesor de genética humana en la Universidad de Exeter, Timothy Frayling, aseveró que: “Hay muchos tratamientos que pueden reducir los niveles altos de grasa en la sangre y alrededor de los órganos que no afectan el peso extra que tiene una persona”, pero, “para otras condiciones, puede ser más importante reducir el peso extra”.
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