Los bebedores con diabetes, obesidad o presión arterial alta tienen un riesgo mayor de desarrollar enfermedad hepática avanzada, hasta 2,4 veces más en comparación con aquellos sin estos factores de riesgo.
Por: Katherine Ardila
Un estudio de la Universidad del Sur de California ha revelado que los bebedores empedernidos con diabetes, presión arterial alta u obesidad tienen hasta 2,4 veces más probabilidades de desarrollar una enfermedad hepática avanzada.
Publicado en la revista 'Clinical Gastroenterology and Hepatology', el trabajo ha analizado datos de más de 40.000 participantes en Estados Unidos a través de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición.
Alcohol y factores de riesgo cardiometabólico
La investigación ha examinado la relación entre el consumo excesivo de alcohol, definido como 1,5 bebidas diarias en mujeres (20 gramos de alcohol) y dos bebidas diarias en hombres (30 gramos), y diversos factores de riesgo cardiometabólico como la diabetes, la obesidad, la presión arterial alta, los triglicéridos elevados y el colesterol bajo.
Los hallazgos indican que los bebedores empedernidos con diabetes o una alta circunferencia de cintura presentan un riesgo 2,4 veces mayor de desarrollar fibrosis hepática avanzada, mientras que aquellos con hipertensión arterial tienen 1,8 veces más probabilidades.
En cambio, los niveles elevados de triglicéridos y los niveles bajos de colesterol HDL mostraron una correlación menos significativa con la enfermedad hepática.
Acumulación de grasa en el hígado
El investigador principal, Brian P. Lee, ha sugerido que estos tres factores comparten una vía común que propicia la acumulación de grasa en el hígado. Combinado con el efecto del alcohol, este proceso puede desencadenar un daño hepático severo.
No obstante, Lee ha advertido que el estudio no implica que el consumo elevado de alcohol sea seguro para quienes no presentan estos factores de riesgo. "Sabemos que el alcohol es tóxico para el hígado y todos los bebedores empedernidos corren el riesgo de sufrir una enfermedad hepática avanzada", ha enfatizado.
Pruebas diagnósticas
El investigador recomienda que los profesionales de la salud ofrezcan exámenes e intervenciones personalizadas para detectar a tiempo el daño hepático en personas con factores de riesgo cardiometabólico y consumo excesivo de alcohol.
Asimismo, ha expresado su deseo de que estos hallazgos ayuden a las personas a tomar decisiones más informadas sobre su salud y el consumo de alcohol.
El estudio también ha dejado en evidencia la necesidad de promover estrategias de prevención, como la reducción del consumo de alcohol en poblaciones de alto riesgo y el monitoreo regular de la función hepática en personas con antecedentes de consumo excesivo.
De igual forma, los investigadores sugieren que futuras investigaciones exploren las posibles interacciones entre factores genéticos y ambientales en la progresión de la enfermedad hepática en bebedores crónicos.
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