Cara de luna: Síntomas de los niveles altos de cortisol y su confusión con otras enfermedades

El exceso de cortisol en el organismo genera una serie de efectos secundarios que afectan tanto al aspecto físico como a la salud en general. La "cara de luna" es solo uno de los múltiples síntomas que pueden presentarse en quienes sufren esta afección.

Por: Katherine Ardila


La "cara redonda", ó "cara de luna", es un término ampliamente utilizado en redes sociales para describir un cambio estético en la forma del rostro, con una apariencia más hinchada o abultada. 

Sin embargo, este síntoma es mucho más que una alteración estética superficial y está asociado principalmente con el síndrome de Cushing, una enfermedad endocrina que se produce por una sobreproducción de cortisol, la hormona del estrés. 

Aunque en muchas ocasiones se relaciona con situaciones de estrés crónico, la "cara redonda" puede ser un indicador de un trastorno mucho más grave que afecta diversos aspectos del funcionamiento corporal.

Síndrome de Cushing

El síndrome de Cushing tiene varias causas, pero las más comunes son la presencia de un tumor en la glándula pituitaria (hipófisis), en las glándulas suprarrenales o el uso prolongado de medicamentos corticosteroides, como la prednisona. 

El exceso de cortisol en el organismo genera una serie de efectos secundarios que afectan tanto al aspecto físico como a la salud en general. La "cara de luna" es solo uno de los múltiples síntomas que pueden presentarse en quienes sufren esta afección. 

A nivel físico, además de la alteración en la forma del rostro, se presenta una acumulación de grasa en la parte superior del cuerpo, lo que produce una notable obesidad central, especialmente en la zona abdominal, haciendo que el cuerpo adquiera una forma característica de "manzana". 

Este tipo de obesidad es un factor de riesgo importante para enfermedades metabólicas, como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y otras condiciones asociadas con el síndrome metabólico. 

Otro síntoma frecuente del síndrome de Cushing es la debilidad muscular, particularmente en las extremidades, que puede dificultar la movilidad y afectar la capacidad para realizar actividades cotidianas. Las personas afectadas suelen sentirse más cansadas y fatigadas de lo normal, incluso al realizar esfuerzos mínimos. 

Las estrías, especialmente de color morado o rojizo, también son comunes y suelen aparecer en el abdomen, los muslos o en los brazos debido al estiramiento de la piel asociado con el aumento de peso. Estos cambios pueden ser un factor angustiante tanto para el bienestar físico como para la salud mental de los pacientes.

Hipertensión por síndrome de cushing

Además de estos síntomas, el síndrome de Cushing también puede provocar hipertensión (presión arterial alta), lo cual, si no se controla, puede generar complicaciones graves como un aumento del riesgo de accidentes cerebrovasculares y problemas cardíacos. La osteoporosis es otro efecto secundario importante, ya que el exceso de cortisol debilita los huesos, volviéndolos más frágiles y propensos a fracturas. 

Otros síntomas menos conocidos incluyen la alteración en la cicatrización de heridas, cambios en la piel, como piel delgada y moretones fáciles, y trastornos menstruales en las mujeres. 

Diagnóstico diferencial 

El diagnóstico del síndrome de Cushing es complejo y, dado que sus síntomas pueden ser similares a los de otras condiciones, como el hipotiroidismo, el síndrome de ovario poliquístico (SOP) o la obesidad común, se requiere una evaluación exhaustiva por parte de un equipo médico especializado. 

Es esencial realizar pruebas diagnósticas para determinar la causa subyacente del exceso de cortisol y diferenciar esta afección de otras enfermedades que pueden compartir síntomas similares.

¿Qué pruebas se realizan?

Una de las principales pruebas es la medición de los niveles de cortisol en la sangre, la orina o la saliva. Un aumento persistente de los niveles de cortisol puede ser indicativo del síndrome de Cushing

Sin embargo, para confirmar el diagnóstico, los médicos pueden realizar otras pruebas, como la prueba de supresión con dexametasona, en la que se administra una dosis de dexametasona (un medicamento esteroide) para observar cómo responde el cuerpo. Si los niveles de cortisol no disminuyen como deberían, el diagnóstico de síndrome de Cushing es probable. 

Las pruebas de imagen, como las resonancias magnéticas, pueden ayudar a identificar tumores en la glándula pituitaria o en las glándulas suprarrenales, que son las principales fuentes de exceso de cortisol en el cuerpo.

Una de las principales complicaciones del síndrome de Cushing es la dificultad en el diagnóstico temprano, ya que los síntomas pueden aparecer de manera gradual y confundirse con otras afecciones más comunes. 

El estrés, por ejemplo, se menciona frecuentemente como una causa del aumento de peso y los cambios en la apariencia facial, lo que puede llevar a retrasos en la detección de trastornos endocrinos graves. 

Además, las personas afectadas por el síndrome de Cushing pueden experimentar un impacto significativo en su salud mental debido a los cambios físicos que experimentan, lo que puede generar ansiedad, depresión y baja autoestima.

Fuente consultada aquí.




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