Un estudio brinda nuevos hallazgos sobre la relación entre la diabetes y la enfermedad cardiovascular.
Por: Luisa Ochoa
Los niveles de azúcar en la sangre saludables son claves para la energía del cuerpo, sin embargo, existen ciertos factores que elevan la glucemia aún en personas que no tienen diabetes y esas fluctuaciones pueden ocurrir a lo largo del día.
Sobre el tema, investigadores de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y del University College descubrieron que las personas con niveles elevados de azúcar en sangre tienen un riesgo entre un 30 y un 50 % mayor de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Cabe mencionar que este riesgo ocurre en personas que tengan niveles elevados de azúcar en la sangre, aunque estén por debajo del umbral de la diabetes.
¿Cuál es la relación entre la hiperglucemia y las cardiopatías?
Los investigadores analizaron datos del Biobanco del Reino Unido de más de 427.000 residentes en el país. El 54% de los participantes eran mujeres y el 46% hombres y todos tenían distintos niveles de azúcar en sangre, entre ellos: sanos, con diabetes y prediabetes.
El Dr. Christopher Rentsch, autor principal de este estudio, explicó que: "nos interesaba explorar qué factores de riesgo impulsan las diferencias de sexo conocidas en el riesgo de cardiopatía entre hombres y mujeres con diabetes, y si los hombres o las mujeres con un nivel de azúcar en sangre moderadamente elevado, por debajo del umbral de la diabetes, tienen también un mayor riesgo de cardiopatía".
Los científicos descubrieron que los hombres con niveles de azúcar en sangre por debajo del umbral de la diabetes tenían un riesgo un 30 % mayor de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, las mujeres con los mismos niveles tenían un riesgo mayor, de entre el 30 y el 50 %.
"Nuestro estudio representa un avance significativo con respecto a décadas de investigación sobre la relación entre diabetes y cardiopatías, en las que se ha afirmado durante mucho tiempo que los hombres y las mujeres con diabetes presentan riesgos diferenciales de cardiopatías", afirmó el catedrático.
"Es importante destacar que descubrimos que las diferencias entre hombres y mujeres en el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón desaparecieron en gran medida después de que tuvimos en cuenta, en particular, las medidas de obesidad y el uso (de) medicamentos preventivos como las terapias antihipertensivas y estatinas."
La glucosa mínimamente elevada es un marcador de resistencia a la insulina
Tras analizar este estudio, el Dr. Nate Lebowitz, cardiólogo especialista en colesterol y cardiología preventiva del Hackensack University Medical Center, afirmó que no le sorprendían los resultados.
Aun así, el Dr. Lebowitz señaló que los hallazgos transmiten un "mensaje importante" de que el extremo superior de los niveles de glucosa saludables -o mínimamente elevados- eran un marcador de resistencia a la insulina, razón por la cual estas personas tenían un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.
El Dr. Yu-Ming Ni, cardiólogo titulado y lipidólogo del MemorialCare Heart and Vascular Institute del Orange Coast Medical Center de Fountain Valley, California, se mostró de acuerdo y proporcionó más información sobre cómo afecta la resistencia a la insulina al sistema cardiovascular.
"La resistencia a la insulina se produce cuando nuestro cuerpo produce insulina, pero nuestros tejidos no le hacen caso", explicó. "Como resultado, aumentan los niveles de azúcar en sangre. Esto puede dañar el revestimiento de los vasos sanguíneos y aumentar la probabilidad de que se acumule placa en las paredes, lo que puede provocar enfermedades cardiacas".
"Y sabemos que es así porque los pacientes con diabetes tienden a tener múltiples afecciones de los vasos sanguíneos", añadió el Dr. Ni. "Cuando hacemos un angiograma, si observamos las arterias del corazón, tendemos a ver que tienen múltiples vasos sanguíneos comprometidos debido a la exposición prolongada al azúcar perjudicial en sangre".
Investigaciones anteriores también han relacionado los niveles elevados de azúcar en sangre con un mayor riesgo de padecer determinadas afecciones cardiacas, como derrames cerebrales e hipertensión arterial.
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