Tik Tok ha convertido en tendencia el uso de la inyección para la diabetes, Ozempic, en un medicamento dietético, generando escasez mundial.
Por: Isbelia Farías
Ozempic es un medicamento que está siendo usado por muchas personas, sobre todo mujeres jóvenes, quienes lo inyectan en el estómago. Hace poco, este fármaco se comenzó a recetar sin restricciones y la alta popularidad en las redes sociales ha hecho que se genere una escasez mundial.
El nombre genérico del Ozempic es semaglutida. Funciona imitando una hormona que regula el apetito, generando una sensación de saciedad. La dosis es de una inyección semanal y puede reducir desde un 6 hasta un 15 por ciento del peso corporal, en un año.
Los usuarios en las redes suelen compartir cómo ha disminuido su apetito y Tik Tok ha hecho que su uso se expanda más rápido, ofreciéndose como una solución rápida. The Pharmaceutical Journal advirtió que este sitio era el “peor culpable” de bombardear información médica errónea a los jóvenes.
Muchos fármacos aprobados, luego terminan siendo prohibidos
El médico Simon Gordon ha comentado que, para los pacientes obesos, “funciona bien… perder mucho peso y [ser] capaz de suspender los medicamentos para la presión arterial... Por el momento está ayudando”. Sin embargo, se debe tener cuidado al afirmar que el fármaco es la solución definitiva, pues, unos 25 fármacos aprobados por las autoridades médicas, en las últimas décadas, terminaron siendo prohibidos por sus efectos secundarios, los cuales iban desde daños en las válvulas cardíacas hasta accidentes cerebrovasculares e hipertensión pulmonar primaria.
Hasta el momento, Ozempic ha demostrado ser efectivo y seguro. El Dr. Alex Miras, endocrinólogo consultor y profesor clínico de medicina en la Universidad de Ulster, apoya igualmente su uso entre los pacientes que enfrentan problemas de salud como resultado del exceso de peso.
Sin embargo, el medicamento está diseñado para ser acompañado de un plan de alimentación saludable y un régimen de ejercicio, pero cuando se toma solo, y luego se suspende, los beneficios se revierten; es decir, la supresión médica del apetito por sí sola no puede solucionar la crisis mundial de la obesidad.
Por otro lado, también cabe cuestionarse qué sucede luego de tomar el fármaco, pues, un artículo, publicado en Diabetes, Obesity and Metabolism, encontró que quienes tomaban una dosis de 2,4 mg de semaglutida, luego recuperaron dos tercios del peso perdido. Quienes perdieron más kilos, fueron los que subieron más de peso.
La investigación ha demostrado en repetidas ocasiones los peligros de las dietas con efecto rebote, ya que los resultados frecuentes son ganar más peso del que se perdió y daño metabólico.
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