Cifras de entidades salubristas revelan que en el mundo ya hay más de 15 millones de casos del virus causado por el Sars-CoV- 2.
Como la experiencia lo ha evidenciado, aumentar el número de pruebas es uno de los métodos más efectivos para conocer la incidencia del COVID-19 y así tomar medidas para controlarlo. Sin embargo, el incremento de las pruebas diagnósticas para el nuevo coronavirus en Estados Unidos ha hecho que se extiendan significativamente los resultados y por ende haya incidencias de otras índoles.
El gigante norteamericano tiene casi cuatro millones de casos del nuevo coronavirus y la demora en los diagnósticos ha causado serios problemas en diferentes ámbitos. Los trabajadores no pueden salir a ejercer sus funciones por temor a propagar el virus y los laboratorios donde realizan las pruebas tienen grandes y pesadas cargas de trabajo.
Algunos laboratorios están tardando semanas en entregar los resultados de las pruebas de COVID-19, exacerbando los temores de que las personas asintomáticas puedan estar propagando el virus si no se ponen en cuarentena mientras esperan.
Los profesionales de la salud alertan de que entregar los resultados dos o tres días después de la toma es casi inservible debido a que ha terminado el periodo para rastrear a las personas con las que el infectado tuvo contacto a fin de impedir contagios adicionales, lo que ocasionaría problemas de salud pública.
*Con información de El Nuevo Día