La luxación congénita de rodilla grave en una recién nacida fue corregida sin cirugía, a pesar de tratarse de una hiperextensión cercana a 100 grados y de encontrarse en una zona remota con recursos limitados.
Por: Katherine Ardila
Una neonata a término nació por parto vaginal sin complicaciones aparentes. Su transición postnatal fue satisfactoria, pero durante el examen físico inicial los médicos identificaron que ambas rodillas presentaban una hiperextensión grave, aproximándose a los 100 grados, una condición conocida como luxación congénita de rodilla.
Frente a esta deformidad y considerando el acceso limitado de la familia a centros especializados, el equipo médico optó por una estrategia no quirúrgica. El tratamiento comenzó con una manipulación suave para intentar reposicionar la articulación, logrando solo una reducción parcial.
Ante la persistencia de la inestabilidad, se inició un protocolo de yesos seriados (enyesados por encima de la rodilla), que se cambiaban a intervalos regulares. El objetivo era aumentar progresivamente la flexión de la rodilla, pasando de los 0 a los 30 grados de forma controlada, siempre vigilando la circulación y la integridad de la piel.
Resultados alentadores desde las primeras semanasLa respuesta al tratamiento fue notable. Tras la retirada de la última escayola, se observó que ambas rodillas habían alcanzado una posición casi neutra o ligeramente flexionada, demostrando una mejoría significativa en la alineación y la estabilidad articular.
Lo más importante es que este progreso se logró sin complicaciones como úlceras por presión o problemas de circulación, y sin afectar la alineación normal de los pies.
La evolución a medio y largo plazo confirmó la eficacia del tratamiento inicial. Las radiografías tomadas aproximadamente al año y medio, y posteriormente a los cuatro años, mostraron resultados excelentes.
Las imágenes revelaron articulaciones femorotibiales bien alineadas, con una morfología ósea y un espacio articular preservados. No se encontró evidencia de subluxación recurrente, deformidad o afectación de las placas de crecimiento, lo que indicaba una estabilidad articular sostenida.
Una recuperación funcional completaEn la evaluación clínica más reciente, correspondiente a los cuatro años de edad, el niño presentaba una alineación normal de las extremidades inferiores.
Había alcanzado todos sus hitos de desarrollo motriz de forma oportuna, comenzando a caminar al año de edad y demostrando posteriormente una capacidad completa para caminar y correr sin asistencia, asintomático y sin signos de hiperextensión residual.
Este caso deja ver que, incluso en contextos con recursos limitados, el diagnóstico precoz seguido de un tratamiento conservador bien ejecutado puede lograr una recuperación anatómica y funcional completa para esta rara condición ortopédica.
Discusión: entendiendo la luxación congénita de rodillaSegún los autores, Kandel R, Khanal A, Dahal A, et al, la luxación congénita de rodilla es una anomalía poco frecuente, a menudo identificable al nacer por la hiperextensión excesiva de la articulación.
Su origen puede ser mecánico, relacionado con posiciones intrauterinas restrictivas o ausencia de ciertos ligamentos, o bien formar parte de síndromes genéticos más complejos. En este caso, la ausencia de otras anomalías sugiere una causa mecánica o posicional.
El manejo mediante manipulación y yesos seriados, como se aplicó aquí, está ampliamente respaldado por la literatura médica. Este enfoque busca restaurar gradualmente la alineación anatómica y la flexión, y su éxito depende críticamente de una intervención temprana.
El resultado exitoso refuerza un principio fundamental: el reconocimiento inmediato y el tratamiento conservador bien planificado pueden ofrecer resultados óptimos, evitando la necesidad de cirugía y asegurando un desarrollo normal, incluso en las circunstancias más desafiantes.