El daño hepático inducido por fármacos es una de las principales causas de elevación de las enzimas hepáticas y puede llevar a insuficiencia hepática aguda. Es una de las razones más comunes por las que los medicamentos son retirados del mercado o restringidos por la FDA.
Por: Katherine Ardila
Un paciente de 85 años fue diagnosticado con carcinoma laríngeo en estadio 3, una condición grave que, en su caso, fue tratada inicialmente con quimioterapia y radioterapia. Sin embargo, debido a la persistencia de la enfermedad, los médicos decidieron iniciar inmunoterapia con pembrolizumab, un inhibidor de puntos de control inmunitario que ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de varias neoplasias malignas irresecables.
Sin embargo, durante este período, el paciente comenzó a experimentar síntomas que indicaban una posible lesión hepática, incluyendo disminución del apetito, fatiga, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) y dolor abdominal leve en el cuadrante superior derecho.
En la exploración física, se detectó una hepatomegalia (aumento del tamaño del hígado) y dolor en el cuadrante superior derecho al palpar el abdomen. Estas señales llevaron a un diagnóstico diferencial que incluía posibles obstrucciones biliares, enfermedad metastásica, y causas virales, autoinmunes o metabólicas.
Sin embargo, tras una serie de pruebas, incluyendo una colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM) y pruebas para hepatitis virales, se descartaron otras causas y se concluyó que la lesión hepática era inducida por el uso de pembrolizumab.
Inmunoterapia con pembrolizumab
En los últimos años, el pembrolizumab, un inhibidor de puntos de control inmunitario, ha venido transformado el tratamiento de varios tipos de cáncer, especialmente en aquellos pacientes con neoplasias malignas irresecables o que no son candidatos a cirugía.
Sin embargo, a pesar de sus beneficios, este medicamento también ha traído consigo preocupaciones emergentes relacionadas con efectos secundarios inmunomediados, que pueden afectar prácticamente a cualquier órgano del cuerpo.
Un caso documentado por las doctoras Paola López-Marte y Bárbara Rosado-Carrión, ilustra la gravedad de estos efectos adversos al presentar una lesión hepática grave de grado 3 en un paciente de edad avanzada.
El daño hepático producido por fármacos puede llevar a insuficiencia hepática agudaEs importante destacar que el daño hepático inducido por fármacos (DILI) es una de las principales causas de elevación de las enzimas hepáticas y puede llevar a insuficiencia hepática aguda. El DILI ocurre en aproximadamente 1 de cada 10,000 a 100,000 personas que toman medicamentos, y es una de las razones más comunes por las que los medicamentos son retirados del mercado o restringidos por la FDA. En este caso, aunque el pembrolizumab había sido eficaz en el control del carcinoma laríngeo del paciente, también había provocado una reacción adversa grave que puso en peligro su vida.
Debido a la edad avanzada del paciente y la gravedad de la lesión hepática, no se realizó una biopsia hepática para confirmar el diagnóstico. En cambio, se optó por suspender inmediatamente el pembrolizumab y se inició un tratamiento agresivo con corticosteroides intravenosos (1-2 mg/kg/día) durante tres días, seguido de corticosteroides orales y ácido ursodesoxicólico para manejar la colestasis grave (una forma de daño hepático que implica la obstrucción del flujo de bilis). Bajo este régimen, el paciente comenzó a mostrar mejoría en su estado general y en las pruebas de función hepática.
Dos semanas después de iniciar el tratamiento, las enzimas hepáticas del paciente mostraron una tendencia descendente, indicando una respuesta positiva. Al cabo de dos meses, las pruebas hepáticas habían vuelto a los niveles normales, y el paciente estaba asintomático y sin necesidad de corticosteroides orales.
El caso plantea la importancia de la vigilancia estrecha y continua de las enzimas hepáticas en pacientes que reciben inhibidores de puntos de control como el pembrolizumab. Aunque estos medicamentos han mejorado significativamente la supervivencia de pacientes con cáncer, los efectos adversos inmunomediados, como la lesión hepática grave, siguen siendo un desafío clínico importante.